DECISIONES
Usted sabe que hay miles de granos de arena en lo alto de un reloj de arena y que estos granos pasan lentamente por el estrecho cuello del medio. Nadie puede hacer que los granos pasen más de prisa, ni siquiera de a dos, porque se corre el riesgo de romper el reloj. Todos somos relojes de arena. Cuando comenzamos la jornada hay ante nosotros un cúmulo de cosas que tenemos que realizar durante el día, pero si no las tomamos una a una y hacemos que pasen lentamente por el día de hoy y a su debido ritmo, estaremos destinados a romper nuestra propia vida en forma de úlceras gastroduodenales, hipertensión arterial o inclusive lo que es más grave, infartos de miocardio o accidentes cerebro vasculares, como ya hemos visto anteriormente.
Cuando tenga que solucionar un problema o tomar una decisión, no la posponga, pensar continuamente en las distintas alternativas provocan tensión y estrés.
Trate de resolver el problema de la mejor manera posible y en forma rápida.
DELEGAR
Si usted no delega, quiere hacer todo y a toda hora, le puede dar como resultado que no termine de hacer nada, lo que es muy estresante.
Esto es común en cierta clase de personas que, por su trabajo y dedicación, tienden a ser perfeccionistas y creen que si no se hace tal cosa de determinada manera, como él lo dice, no es correcto.
Entonces, tienen tendencia a sobrecargarse de tareas, porque no delegan tareas.
Intentar varias tareas en forma conjunta dará como resultado que haya muchas cosas sin terminar.
Siempre es duro aceptar que la manera más rápida de conseguir hacer muchas cosas es hacer únicamente de una cosa cada vez.
Es fundamental, entonces, que usted aprenda a delegar.
Entregar una responsabilidad a otro significa reconocer que uno no puede realizar todo.
Quienes no aprenden a hacerlo se sobrecargan de tareas, lo cual les genera estrés, los hace menos productivos y los aísla.
Por supuesto, después de haber delegado tareas, debe controlar lo delegado.
DEPRESIÓN
La próxima vez que se sienta deprimido, pruebe de realizar este sencillo ejercicio. Estire los labios horizontalmente para enseñar los dientes. ¿Está usted sonriendo? Exactamente. Sonría no sólo con los labios, sino también con los ojos. Sonría realmente con todo su ser. En menos de un minuto sentirá cómo cambia su humor y se pone contento. Para lograr un mejor resultado, póngase frente a un espejo cuando haga este ejercicio. Parecerá tonto, pero verá que le cambia su humor.
Uno no cae en depresión, se la fabrica uno mismo.
En general, la depresión viene cuando uno tiene muchas preocupaciones.
Manténgase ocupado y no tendrá tiempo de preocupaciones. La acción resuelve la mayoría de los problemas.
Si se enfrenta con un problema difícil, analice los hechos, tome una decisión y luego actúe en un sentido o en otro.
Hable con alguien de sus problemas, aunque sólo sea con su mascota. El sólo hecho de exteriorizarlos hacia afuera, lo aliviará.
Piense en su pequeño sitio dentro del universo y sus problemas no le parecerán tan graves.
Recuerde que no se puede recuperar ni un solo minuto de su pasado.
El sentirse deprimido es algo meramente temporal, si usted no le hace caso y se pone a realizar las tareas que debería estar realizando verá que pronto la depresión desaparece y el estrés disminuirá.
DESCANSO
Es muy común que las personas que están trabajando bajo presión lo hagan de manera corrida durante horas y horas, sin siquiera tomarse un pequeño descanso.
Les parece que un descanso de unos cuantos minutos sería muestra de pereza. Esto es muy común que ocurra en personas de mucha responsabilidad, es como si sintieran que darse un pequeño respiro es un mal ejemplo para sus subordinados.
Sin embargo, unos momentos de relajación, adecuadamente repartidos en nuestra vida cotidiana, dan lugar a una mayor eficiencia y productividad, con la consecuente disminución del estrés.
La cantidad de tiempo u horas de descanso que debe hacer una persona, dependen de ella misma, del trabajo que realice y de la tensión nerviosa que padece en ese momento.
Mientras mayor sea el estrés y la pérdida de energía, mayores, deberían ser los períodos de relajación.
Hay una gran diferencia entre breves períodos de descanso tomados en varios momentos del día y un período de completa relajación tomado en las mejores circunstancias para producir un descanso perfecto.
Busque distracciones y pausas creativas dentro de las mismas tareas que realiza para romper el estrés.
A veces, es bueno sacar partido de diversas situaciones a que uno se ve sometido durante el día, como, por ejemplo, el tiempo de espera en una cola del banco o en la sala de espera de algún profesional.
Lleve siempre con usted un libro de su agrado, o haga una lista de las cosas que tiene que realizar, o simplemente, ponga en orden sus ideas.
Anónimo
DIÁLOGO ÍNTIMO
Muchas veces suele ser de ayuda dialogar consigo mismo.
Tómese un café con un amigo: usted.
Busque un lugar apartado donde pueda estar tranquilo, mírese con los ojos de la mente, vea que, está haciendo mal que lo lleva a estresarse. ¿Cuáles son los errores que comete? Siempre es mejor darse cuenta uno mismo antes que los demás.
Revise cuestiones que había relegado a un segundo plano por falta de tiempo. Compruebe si su vida se ajusta a sus expectativas y necesidades e intente hallar las respuestas a las preguntas que usted mismo se hará.
Estoy seguro que de ninguna reunión sacará tanto partido.
HERBERT BENSON
DILACIÓN
Haga, lo que dice que va ha hacer y hágalo ahora. Nada mata más al progreso y apaga el entusiasmo que alguien que habla de sus proyectos y nunca los concreta. Usted no puede romper sus promesas y esperar que le sigan creyendo, así tenga las mejores intenciones. Para la realización de un proyecto piense en términos concretos. Necesitamos poder medir nuestro progreso, saber que las cosas están mejorando. No puede lograr una meta abstracta porque nunca sabrá si la alcanzó o no.
El hábito de ir dilatando distintas realizaciones nos hace disminuir la productividad, lo que agrava el estado de estrés, además de ocasionar efectos secundarios como la culpa, la ira y la disminución de la autoestima.
La dilación es lo contrario a la decisión. No dilate una decisión que debe tomar. Por supuesto que esto dependerá también del tipo de decisión y de la importancia del problema por resolver, pero trate de hacerlo de la manera más rápida posible.
A veces postergamos las tareas por varias razones: temor al éxito o al fracaso, temor a la crítica o a la autoridad. Tal vez, la tarea en sí misma, sea compleja y tediosa.
Una manera de dejar de dilatar las cosas es dividirla en tantas otras más pequeñas como sea posible.
Asignele a cada parte una prioridad y un tiempo límite.
De esa manera, dejará de estar estresado pensando en la totalidad de la tarea, lo que siempre será más complicado.
DINERO
¿Es usted amo o esclavo de su dinero?
Hay dos clases de personas que se preocupan constantemente por su dinero: las que tienen mucho y las que no tienen nada.
Cuando el dinero no es su sirviente, se convierte en su amo.
No manejar adecuadamente su dinero puede acarrearle más de un dolor de cabeza. Es más importante como manejamos el dinero que tenemos que la cantidad que realmente tenemos.
Controlar los gastos pequeños es igual de importante que controlar los gastos grandes.
Gastar un diez por ciento más de lo que gana, lo llevará a una quiebra financiera, pero gastar un diez por ciento menos de lo que gana lo llevará a la satisfacción y la libertad personal. Además que tener algo de dinero ahorrado, le dará una sensación de libertad y tranquilidad que lo alejará del estrés.
NORMAN VINCENT PEALE
DIOS
No perdamos la Fe y la Confianza en Dios de la manera que lo concibamos.
Tampoco en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas.
Él nos acompaña, Él nos conoce, sabe quienes somos, a dónde vamos, nuestros alcances y limitaciones, Él nos dio y nos da la vida a cada instante como un regalo, no para sufrirlo como cuando vivimos en estrés, sino para llenarlo de amor y felicidad en el diario vivir con las tareas y problemas propios de la cotidianidad.
Agradecer a Dios todo lo que nos da, ya sea rezando o sólo con el pensamiento, nos hace entender nuestra pequeñez y cómo dependemos de algo superior, nos coloca en posición favorable para minimizar los problemas del momento.
OG MANDINO
DISCUSIÓN
Hay un antiguo cuento de un anciano que en determinado pueblo cumplía 110 años. Cuentan que en el pueblo le hacían una gran fiesta y se habían hecho presentes numerosos periodistas que querían averiguar el “secreto de la supervivencia”. Cuando se lo preguntaron, él sólo respondió que el único secreto era que nunca discutía. Un periodista le replicó: ”Es imposible que en su vida jamás haya discutido”. El anciano le contestó: “Tiene razón, Yo nunca discuto”
La discusión cuando se realiza de mala forma es una fuente productora de estrés.
Cuando hable con alguien, no comience discutiendo los puntos de divergencia que hay entre los dos. Comience destacando los puntos de coincidencia, siga acentuando que los dos buscan el mismo fin y que la diferencia es el camino por el cual dirigirse.
Un buen método, que se le atribuye a Sócrates, consiste en hacer que la otra persona diga “Si”, varias veces durante la conversación Un “No”, como respuesta primaria, es un gran obstáculo difícil de vencer.
Cuando una persona ha dicho “NO”, todo el orgullo de su personalidad exige que sea consecuente consigo misma.
Tal vez comprenda más tarde que está equivocado pero para ello, debe vencer su orgullo, que queda lastimado. Por lo tanto, para evitar la discusión, productora de estrés, lance a esa persona en la dirección afirmativa. Y hágale decir dentro de la conversación varios síes.
Para ello, usted puede comenzar a hacer preguntas triviales que sabe que la respuesta es inevitablemente “si”. Después de haber obtenido cuatro o cinco respuestas afirmativas, hágale la pregunta que usted desea que conteste “si”.
Un orador hábil obtiene desde el principio una serie de síes, como respuesta. De esa forma, pone en movimiento en la dirección afirmativa, los procesos psicológicos de quienes lo escuchan. Algunos consideran que actuar de esta forma es, de alguna manera, manipular a su interlocutor. No es así, sólo se trata de evitar la confrontación y la discusión.
Si no hay discusión, no hay estrés.
DALE CARNEGIE