15 de mayo de 2024

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EMOCIONES

A veces nos invaden emociones encontradas sobre un tema y es importante saber reconocerlas y extraerlas de uno mismo. Estar pensando siempre un determinado problema suele traer malas consecuencias porque es como si los problemas se agrandaran.

Lo ideal es tener un amigo en quien confiar esos problemas, pero a veces no es posible o no lo tenemos a mano cuando lo necesitamos.

Entonces, es importante ejercitar el pensamiento reflexivo que consiste en: primero, identificar el problema emocional que lo aqueja y el reto que implica. Segundo, analizar las posibilidades de solución y comenzar a ponerlas en práctica rápidamente. Tercero, evaluar si lo que hemos realizado sirve realmente para nuestro propósito. Cuarto, actuar en forma positiva.

Por supuesto que esto es siempre más fácil decirlo que realizarlo, pero debe ser hecho. Es como si se los sacara de encima, ayuda a aliviar el estrés emocional que nos causa la constante preocupación de estar pensando en eso. Aquellos que tienen menos posibilidades de superar rápidamente una sensación de insatisfacción con la vida son quienes no pueden definir las causas de sus sentimientos que son las productoras de estrés.

EMPUJAR LAS MANOS

Téngalo en cuenta cuando está sentado en su escritorio o lugar de trabajo y quiera disminuir la tensión de ha estado acumulando en su día laboral.

Cierre el puño de una mano y cúbralo con la otra mano y haga fuerza con las dos, una contra otra. Pero haga mucha fuerza, no dejando que ninguna venza a la otra, cambie de mano, cerrando la que estaba abierta y abriendo la que estaba cerrada. Luego relaje los brazos y sentirá alivio de la tensión muscular a que estaba sometido.

Haga este ejercicio dos o tres veces en el momento, incluso, golpeando una mano con la otra. Pero hágalo con fuerza, sentirá la tensión muscular en todo el tórax y los brazos. Es un magnífico desestresante.

“No se considere infalible. Creer en uno mismo quiere decir que uno piensa que es una persona capaz, no que nunca va a cometer un error.”
BRUCE

ENERGÍA

Una manifestación del estrés que sufrimos en estos tiempos, es la casi imposibilidad de que tenemos las personas en general de quedarnos tranquilamente sentadas durante algunos minutos. Una persona inquieta, desasosegada, irrita a quienes se encuentran con ella y desperdicia una gran cantidad de energía con los movimientos, a veces mínimos pero totalmente innecesarios que realiza.

ESCRIBIR

Se debe controlar la energía producida gastándola en ejercicios físicos diversos ya que cuando se va acumulando es productora de estres.  Por eso es importante canalizar la energía producida cuando uno está enfadado, por que el sistema nervioso autónomo moviliza a todo el cuerpo en la lucha. Se activan las glándulas adrenales y la tiroides. La adrenalina vertida en la circulación produce una aceleración de los latidos cardíacos, y puede llegar a la hipertensión arterial. Se acumula una cantidad de energía que si no es verdaderamente canalizada, se queda encerrada. En ese sentido, las mujeres, son más prácticas, ya que cuando están estresadas o muy tensionadas, simplemente lloran. Lo que constituye uno de los mejores desahogos.  En cambio, los hombres, por aquella tontería que nos enseñaron de niños “los hombres no lloran” nos quedamos con esa energía interna, que se traduce en angustia, depresión, estrés, hipertensión arterial, etc., con las consabidas alteraciones ya descriptas.

Cuando no tenga con quién hablar con confianza del problema que lo aqueja, suele ser muy importante escribir. ¿Para quién? Para usted mismo.

Ya sea una carta o una especie de diario que sólo lo leerá usted mismo después de mucho tiempo. Cuando esté estresado o deprimido, pruebe escribir sus sentimientos, sus emociones, sus reacciones, todo lo que le pasa por su mente.

No se ponga a pensar si está bien escrito o no, no importa. Sólo piense en cómo se siente y cuénteselo a sí mismo.

Cuando lo haga encontrará, que se sentirá descargado, se sentirá más aliviado de los problemas porque ya los puso en el papel.

No lo lea hasta después de haber pasado varios meses. Cuando lo haga, comprobará que los problemas que tanto lo aquejaban en ese momento, ahora adquieren una dimensión mucho más pequeña.

Uno se saca las malas ondas de adentro, da vuelta una página y disminuye el estrés. Es muy bueno practicarlo todos los días al final de la jornada, antes de acostarse.
Comprobará que puede dormir mas tranquilo.

ESPERANZAS

No debe cifrar todas sus esperanzas en obtener algo preciso y fijo; tenga esperanzas en varias de sus actividades. Construya sus esperanzas alrededor de la múltiples cosas que son importantes para usted, reciba el beneficio de los distintos aspectos que le aportan a su vida y no permita que un simple bache en el camino lo destruya.

Siempre tenga la esperanza de mejorar su situación. Siempre tenga la esperanza de que a través suyo, hará un aporte al mundo o a la comunidad que mejorará en algún aspecto el mundo que lo rodea, aunque sea en una pequeña parte.
Siempre tenga la esperanza.

ESPIRITUALIDAD

En ocasiones de estrés profundo, las creencias religiosas o espirituales nos proporcionan un contexto más amplio que nos ayuda a poner las cosas en perspectiva.

SER SUPERIOR
Tal vez no signifique mas que comunicarse con la naturaleza mediante una caminata diaria en un parque, o disponer de un tiempo tranquilo y de reflexión en algún momento del día para contemplar algo fuera de las tensiones mundanales de nuestra vida. Siempre debemos tener fe en un ser superior de cualquier manera que lo concibamos, lo que nos va ayudar a disminuir el estrés. Si usted profesa alguna religión, verá que ésta le proporciona una estructura organizada de ritual y ceremonia que prestaun firme apoyo espiritual y puede ofrecer calma en sitiaciones difíciles

No tiene por qué practicarse en un lugar formal de culto religioso. A veces, es suficiente cerrar los ojos y tratar de “ver” hacia dentro de uno mismo para encontrar la causa de su tensión nerviosa.

ESTIRARSE EN LA PARED

Un simple ejercicio que lo podrá realizar en su oficina, o tal vez en la intimidad del dormitorio o incluso un baño y lejos de la mirada de los curiosos es estirarse con la espalda en la pared.

Busque una pared donde pueda estar tranquilo, sin tener que dar explicaciones, póngase de espalda a la misma, junte sus talones que llevará hacia atrás, tocando también la pared.

Toque la pared con sus glúteos, con su espalda y con la cabeza, mire hacia delante tratando de observar algo horizontal que puede ser una biblioteca o una ventana que estén, más o menos, a la altura de su visión.

Inspire profundamente, tratando de elevarse usted mismo, sin levantar los talones y llevando los hombros hacia atrás intentando tocar también la pared. Observe la línea horizontal que tiene enl frente y verá que se elevará sólo unos centímetros. Observará de otra manera esa línea ya que verá algo distinto, sobre todo si es una biblioteca, verá las cosas un poco más arriba.

Es útil relacionar una línea horizontal con otra para poder apreciar mejor que se está levantando.

Sentirá que se eleva y sobre todo tomará conciencia que su espalda se está estirando. Recuerde no levantar los tobillos.

Luego, espire lentamente y baje los hombros hacia adelante, es muy útil, haciéndolo tres o cuatro veces, verá como siente relajación en la espalda y en todo el cuerpo, ayudándolo a disminuir el estrés. Eso ocurre porque las vértebras que están una sobre otra, están unidas por ligamentos y, al hacer estos movimientos uno logra estirarlos y relajarlos, disminuyendo la tensión y sintiéndose un poco mas descansado. Hágalo tres o cuatro veces por día y compruebe lo bien que se sentirá.

“Trabajar con esperanzas es trabajar con entusiasmo. Entusiasmo viene del griego Entheos, que significa Dios interior. Quien trabaja con entusiasmo, tiene un Dios interior que lo empuja, que le hace hacer las cosas.”
OSWALDO PAULINO

 EQUIVOCACIONES

Cuando nos hemos equivocado y lo reconocemos, es bueno hacercelo saber a quien concierne.

El decir rápidamente “tienes razón o perdón me equivoqué”, suele evitar inútiles discusiones que sólo actúan aumentando la tensión entre dos personas.

Seguir discutiendo, aún cuando uno sabe que no tiene razón, nos lleva a querer justificarnos, a seguir aportando hechos que demuestren que tenemos razón, aún cuando no la tenemos. Es mucho más fácil, se ahorra tiempo y discusión, reconocer el error rápidamente. Incluso, al darle la razón a la otra persona, ésta rápidamente se queda sin argumentos y termina la discusión. Como resultado no hay tensión, ni estrés.

“Si pierde la esperanza y la fe, pierde todo.”
HENRY JAMES
<< Dedicado a “El Hombre Urbano”
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