En el siglo XVI, el científico italiano Galileo inventó el primer termómetro, posteriormente Antonio de Padua (1561-1636) fue desarrollándolo cada vez más, sin embargo fue considerado “un instrumento inútil y de diligencia superflua” por el resto de la colectividad motivo por el cual se le resto importancia durante muchos años. Recién en el 1700 se desarrolló el termómetro de mercurio pero continuaba siendo un instrumento aparatoso y poco práctico. Celsius, físico sueco (1701-1744), construyó en 1742 un termómetro de mercurio, dividiendo la escala de 0º a 100 º. Posteriormente por convención se estableció que el grado termométrico, sería el centígrado.
Sólo cuando se logro perfeccionar de la mano de Thomas Clifford el instrumento, logrando reducir su tamaño y mayor rapidez en cuanto a la reacción, comenzó a ocupar un lugar privilegiado en la Medicina, siendo todavía de gran utilidad en nuestros días. En la actualidad sigue siendo la manera más práctica, para saber o conocer, qué temperatura corporal posee una persona. La escala más utilizada en el mundo, es la Celsius. Aquella que mide la temperatura en grados centígrados, ha sido nombrada como tal, en honor a Andrés Celsius y adoptada por la mayoría de los países. La escala Fahrenheit fue adoptada por Gran Bretaña y EEUU, y la escala Réaumur que poco a poco a sido abandonada.
La temperatura normal, que se debe registrar en un termómetro, en un adulto humano, debe ser de 36,5 grados Celsius. Por sobre aquella temperatura, se podrá considerar que se posee fiebre.