15 de mayo de 2024

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Los EPI que te protegerán del sol

Con el verano casi a la vuelta de la esquina (a estas alturas de la primavera, ya hemos sufrido más de una ola de calor), llega para muchos la época preferida del año. Piscina, vacaciones, tiempo libre, playa…y todo, por supuesto, con el sol como gran protagonista.

Y es que el sol es un regalo para la mayoría de la gente (que se lo digan a los turistas que acuden a nuestras playas cada verano), pero debemos tener en cuenta que su exposición excesiva puede también tener algunas consecuencias menos deseables.

El calor es, sin duda, uno de sus efectos más evidentes. Desde leves mareos al temido golpe de calor son algunas de sus consecuencias más inmediatas, sin embargo, en esta entrada queremos hacer hincapié en otra que, aunque suele pasar más desapercibida, siempre va de la mano del astro rey: las famosas radiaciones ultravioletas (UV).

En España, durante los meses de verano, es frecuente que el índice que mide la intensidad ultravioleta procedente de la radiación solar oscile entre 8 y 11. Nos exponemos, por tanto, a índices muy altos, tanto en días soleados como cuando el cielo está encapotado, incluso en las regiones del norte de España. Y no debemos olvidar que ya cerca del 80 por ciento de la radiación UV atraviesa el manto de las nubes…

La exposición a la radiación UV tiene efectos sobre la piel y sobre los ojos. En este post queremos desvelarte algunos principios generales de protección, más allá de minimizar la exposición en las horas centrales del día y utilizar ropa adecuada. Te ayudamos a seleccionar las gafas de sol y las cremas de protección solar que necesitas.

Protege bien tus ojos

En el caso de la exposición ocular a la radiación UV, los efectos van desde la fotoqueratitis y la fotoconjuntivitis (inflamación de la córnea y la conjuntiva por absorción de radiación ultravioleta que suele desaparecer en unos días), hasta el desarrollo de cataratas corticales.

El medio de protección más extendido es el uso de las gafas de sol que todos usamos (o deberíamos usar en nuestro día a día) ¿Qué debemos saber?

Las gafas de sol que utilizamos habitualmente en nuestra vida corriente son un EPI de Categoría I, siéndole de aplicación los requisitos de seguridad del RD 1407/1992. Por lo tanto, si somos exigentes con las protecciones que utilizamos en nuestro ámbito laboral, deberíamos ser al menos igual de rigurosos con las protecciones que usamos en nuestro ámbito privado.

Esto es lo que tienes que saber antes de compra unas gafas de sol:

  1. ¿Deben llevar marcado CE? En efecto, al tratarse de un EPI cubierto por el RD 1407/1992, es obligatorio que las gafas de sol que adquirimos en nuestro establecimiento habitual, lleven el correspondiente marcado CE, símbolo que garantiza que el fabricante ha llevado a cabo las pruebas y controles de seguridad necesarios para su puesta en el mercado.

  2. ¿Deben cumplir con alguna norma? Sí que existe una norma armonizada que describe los requisitos de seguridad de las gafas de sol para uso general la: EN ISO 12312-1:2013, que sustituyó a la EN 1836:2005+A1:2007.

  3. ¿Existen distintos niveles de protección? La norma EN ISO 12412-1:2013 define cinco niveles asociados a cinco grados de radiación UV, radiación visible y radiación infrarroja (IR, sólo si el fabricante declara esta protección). Cada uno de estos niveles está asociado con un uso previsto de las gafas:

    1. Filtro categoría 0. Reducción muy limitada a la radiación solar. Símbolo asociado:

    1. Filtro categoría 1. Protección limitada contra la radiación solar. Símbolo asociado:

    1. Filtro categoría 2. Buena protección contra la radiación solar. Símbolo asociado:

    1. Filtro categoría 3. Alta protección contra la radiación solar. Símbolo asociado:

    1. Filtro categoría 4. Protección muy alta contra la radiación solar extrema (como la presente en situaciones tales como desiertos, alta montaña, el mar o la nieve). Símbolo asociado:

Los filtros categoría 0 y 1, se utilizan en entornos con baja exposición a la radiación solar. Los de categoría 2 y 3 son los que habitualmente utilizamos en nuestro día a día. Por último, los filtros de nivel 4 sólo se utilizarán en situaciones de exposición extrema, y, además, no son aptos para utilizarlos durante la conducción.

  1. ¿Qué información debe proporcionarse con las gafas? Además del citado marcado CE, que debe ir sobre estas, es preceptivo dar la siguiente información, ya sea en el marcado sobre la gafa, en etiquetas de información separadas o, incluso, en el embalaje de la gafa:

    1. Identificación del modelo

    2. Nombre y dirección del fabricante

    3. Número de la norma ISO 12312-1

    4. Tipo de filtro, y si es fotocrómico o polarizado

    5. Número de categoría del filtro, marcado preferiblemente en la montura de la gafa

    6. Descripción de la categoría del filtro en forma de un símbolo o con descripción verbal. La altura mínima de los símbolos será de 5 mm.

    7. Restricciones de uso, que incluirá al menos: no apto para observación directa del sol; no apto para protección contra fuentes de luz artificial y no apto para uso contra riesgos de impacto mecánico, así como cualquier otra restricción que el fabricante considere oportuno transmitir.

    8. Cuando el filtro no cumpla con los requisitos necesarios para la conducción, y para filtros de categoría 4, se avisará mediante la frase: “no adecuado para conducción y uso en carretera”, o mediante el pictograma normalizado ISO 7000-2952.

    9. Cuando el filtro tenga una transmitancia lumínica menor del 75 por ciento y mayor del 8 por ciento, se indicará: “no apto para conducción en el crepúsculo o de noche” o “no adecuado para conducir de noche o bajo condiciones de baja visibilidad”

    10. Si procede, instrucciones de cuidado.

La protección de la piel

En el caso de la exposición cutánea al sol, el abanico de efectos va desde la clásica quemadura solar, pasando por el fotoenvejecimiento y la fotodermatosis, hasta ya, en última instancia, el cáncer de piel, considerado el más frecuente del mundo, ya que su incidencia se dobla cada 15 o 20 años.

¿Cómo debemos protegernos la piel adecuadamente?

En el ámbito laboral, el Real Decreto 773/97, considera las cremas solares como equipo de protección individual. Al ser estos fotoprotectores un producto cosmético-dermatológico, están sujetos a la regulación del Reglamento (CE) No 1223/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre los productos cosméticos.

Y es que en nuestro ámbito privado debemos atender las recomendaciones generales de las autoridades sanitarias. En este sentido, dichas instituciones recomiendan, además de las medidas de protección generales, el uso de cremas de protección solar de amplio espectro y con resistencia al agua.

Su eficacia depende de su correcta aplicación y reaplicación. Por lo tanto, debemos usar un factor de protección solar mínimo de 15 (FPS 15) y aplicar la crema de forma correcta: 35 gramos de producto, que equivalen a seis unas cucharadas de café. En general, la cantidad a aplicar recomendada es de 2mg/cm2 sobre la piel. La aplicación deberá ser renovada varias veces al día.

Asimismo, debemos tener en cuenta estos ‘tips’ de protección básicos:

  • Ninguna crema solar garantiza al 100% una protección total.

  • Los rayos UVB son los que provocan las quemaduras solares y los UVA, el envejecimiento prematuro de la piel. Ambas radiaciones contribuyen al riesgo de cáncer de piel (melanoma). Por lo tanto, la crema que seleccionemos deberá ejercer un efecto filtrante frente a ambos tipos de radiación solar.

  • Cuidado al utilizar cremas solares abiertas que tengan más de un año: pierden su eficacia (se oxidan) y podrían no protegerle adecuadamente. Consulte el período de utilización recomendado tras su apertura (PAO), que figura en el dibujo en forma de tarro abierto del envase.

Con estos sencillos consejos, la selección de una protección adecuada será mucho más fácil, minimizando así la posibilidad de que el sol nos deje un efecto imborrable.

Como siempre, tanto en el uso de cremas, como en el uso de gafas de sol, es absolutamente fundamental el asegurarnos que estos protectores cumplen con la reglamentación aplicable, la cual está específicamente desarrollada para mejorar tu seguridad.

Fuente: asepal.es

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