14 de mayo de 2024

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Fibromialgia: una enfermedad asociada al estrés

Si te pasa que a veces sentís “como si te hubiera pasado un camión por encima”, aún luego de haber descansado, puede ser que estés padeciendo fibromialgia. Los síntomas más comunes son la hipersensibilidad y el dolor muscular generalizados.

Pese a que en Argentina no hay estadísticas precisas, se estima que entre el 1 y el 4% de la población mundial padece fibromialgia, afectando más a las mujeres que a los hombres.

Aunque no se conocen las causas determinadas, los desórdenes de la vida de relación, laboral, el estrés, la tensión, y los cuadros depresivos, favorecen su desarrollo; estos factores constituyen el contexto que hace que una persona tenga mas chance de padecer fibromialgia.

En diálogo con CONBIENESTAR, el Dr. Marcos Rosemffet (MNe 70250), médico reumatólogo del “Instituto de Rehabilitación Psicofísica” (IREP), dijo que “la fibromialgia es una consulta muy frecuente en la práctica diaria de la reumatología, muy común en la actualidad por el estilo de vida que se lleva.”

El especialista agregó que “hay que tenerla en mente y descartar que no se trate de otras entidades. Diagnosticada adecuadamente, con buen manejo interdisciplinario con psicólogos, rehabilitación, ejercicio moderado y los medicamentos de los que se dispone en la actualidad, el paciente puede estar mejor”.

Existen dos tipos: la fibromialgia primaria, solo se tiene esa, y la secundaria, cuando está asociada a cualquiera de las otras enfermedades, por ejemplo, artritis reumatoidea con fibromialgia. De hecho, muchas de las enfermedades reumáticas pueden tener como manifestación secundaria la fibromialgia.

Síntomas

Se trata de una enfermedad que se caracteriza por un dolor muscular crónico de origen desconocido, acompañado de fatiga y alteraciones del sueño, la memoria y el estado de ánimo.

Las personas que padecen fibromialgia suelen tener un agotamiento persistente, y un dolor musculoesquelético generalizado, normalmente en las partes blandas del organismo.

Esta afección se acompaña de síntomas secundarios como: ojo seco, colon irratable, hormigueo en las manos (parestesia), síndrome uretal femenino (sensación de quedarse con ganas de orinar).

Diagnóstico

En realidad se trata de una patología de descarte, es decir que en general no se piensa de entrada en una fibromialgia, sino que para saber si se la padece, primero hay que descartar que no se trate de otra afección.

A pesar de la particularidad sistémica (en la totalidad del organismo), las personas que padecen fibromialgia suelen presentar dolor en unos puntos concretos del cuerpo, aspecto que ayuda al diagnóstico de la enfermedad. Estos puntos se conocen como tender points, puntos sensibles o simplemente, puntos de dolor.

PUNTOS DE DOLOR. Permiten diagnosticar la enfermedad. (Foto: Clínica Mayo)
PUNTOS DE DOLOR. Permiten diagnosticar la enfermedad. (Foto: Clínica Mayo)

También denominados “puntos gatillo”, fueron establecidos en los años 90 por el Colegio Americano de Reumatología (ACR). Son 18 puntos de nuestro cuerpo en donde suele concentrarse el dolor severo y la sensibilidad, que permite agudizar el diagnóstico de la fibromialgia.

Puntos de dolor

Están ubicados tanto en la parte anterior como posterior del cuerpo.

Parte anterior del cuerpo

– Puntos cervicales inferiores. En la cara anterior de los espacios invertebrales C5-C7.

– Segundas costillas. Donde se encuentra el nervio de las llamadas segundas articulaciones costocondrales.

– Codo de tenista. Epicóndilos laterales. Se trata del extremo del hueso (apófisis) del húmero, en la zona anterior de los codos.

– Parte anterior de las rodillas. En la almohadilla de grasa localizada en la zona media de la articulación de las rodillas.

Parte posterior del cuerpo

– Parte inferior del cráneo. Zona en la que se insertan los músculos suboccipitales.

– Hombro. En la zona de unión entre los hombros y el cuello.

– Omóplato. Zona en la que los músculos de la espalda conectan con los hombros, insertándose en la escápula u omóplato.

– Glúteos. Encima de cada nalga.

– Lumbar. Trocánter mayor. Parte superior de los muslos, donde acaban los músculos de la cadera.

La confirmación de once de estos dieciocho puntos suele ser un criterio aceptado para el diagnóstico de la enfermedad.

Otras entidades que pueden manifestarse a través de síntomas similares son: cuadro viral en fase aguda, cualquier enfermedad reumática, algunos medicamentos (por ejemplo los utilizados para el colesterol) o déficit de vitamina D.

Tratamiento

El tratamiento de esta patología es multidisciplinario. Los medicamentos, la terapia conversacional y la disminución del estrés pueden controlar los síntomas, aunque la enfermedad puede durar años o toda la vida.

Una vez diagnosticada la enfermedad, se recomienda terapia psicológica, farmacológica y actividad física de relajación. Además de la medicación básica para combatir el dolor como analgésicos o relajantes musculares, se suele indicar antidepresivos, no porque la persona esté deprimida, sino porque se busca el efecto analgésico de ese fármaco.

Diferencia con la Fatiga Crónica

La fibromialgia es una patología muy común a diferencia de la fatiga crónica que no es tan frecuente.

La sintomatología principal es que el paciente diga que le duele todo, que está cansado, que duerme mal, la diferencia con la fatiga crónica (una especie de “familiar cercano”) es que esta última voltea mucho más, el cuadro de decaimiento es prolongado en el tiempo, no termina de mejorar, incluso, llega a invalidar gran parte de las actividades de la vida diaria.

Los pacientes con fatiga crónica en general son personas que se ven obligadas a reducir su actividad laboral, social, física, ya que el impacto en el organismo es mucho más grande que con la fibromialgia.

Quienes padecen fatiga crónica presentan, además, dolores en el cuello por ganglios aumentados de tamaño y dolor de garganta, el cuadro constitucional es más marcado, y el paciente tiene más comprometida su calidad de vida de manera significativa.

En cambio, el paciente fibromialgio, aunque esté cansado no deja de hacer sus actividades. Cuando se va de vacaciones suele estar en perfecto estado, puede caminar, correr sin sentir dolor alguno. Y cuando regresa a su lugar habitual, se restablecen los dolores. Esto es porque la enfermedad tiene un componente psico neuro inmuno endócrino, una serie de factores que hacen que las personas tengan que hacer terapia psicológica de forma habitual.

Tanto una como la otra, son patologías de descarte, hay que hacer diagnósticos diferenciales previos, y recién después, cuando todo lo demás es normal, se piensa en ellas. Por ejemplo, descartar cuadros virales, infecciones severas, que la persona no esté sobre entrenada, es decir, que no esté haciendo más actividad de la que puede tolerar sin darse cuenta; también, puede tener un cuadro depresivo importante.

Fuente: tn.com.ar

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