20 de abril de 2024

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Cómo prevenir los riesgos de la exposición a sustancias químicas

Según una de las teorías del inicio de la vida en la Tierra, todo comenzó en una especie de sopa química en la que primero se generaron las estructuras micelares que serían las precursoras de la pared celular, y mucho después, aparecieron las primeras cadenas de ARN y ADN. Desde entonces los seres vivos han crecido en complejidad, pero la mayoría de los procesos vitales no dejan de ser, en esencia, un complejo sistema físico-químico que se autorregula.

Los problemas aparecen cuando en este sistema autorregulado introducimos otros elementos que rompen el equilibrio. Estos elementos de disrupción son contaminantes químicos, los cuales están presentes, en mayor o menor concentración, en todos los ámbitos de nuestra vida.

El pasado día 25 de mayo ASEPAL participó en la reunión de la Red Española de Salud y Seguridad en el Trabajo, en la cual se presentó el tema de la Campaña Europea 2018-2019: Trabajos saludables: alerta frente a sustancias peligrosas, organizada por la Agencia Europea de Salud y Seguridad en el Trabajo, cuyos objetivos son, entre otros, aumentar la sensibilización sobre la importancia de la prevención de los riesgos asociados a la exposición de sustancias peligrosas; fomentar la evaluación de riesgos; dirigirse a los trabajadores con mayor riesgo de exposición y aumentar el conocimiento sobre el marco legislativo.

En esta entrada del blog pretendemos resaltar la importancia de la prevención ante la exposición a las sustancias químicas y dar algunas indicaciones acerca de los medios de protección personal disponibles para la protección de los trabajadores frente a este tipo de agentes.

La importancia de la prevención de riesgos

La exposición a las sustancias químicas presentes en el ámbito laboral se produce a través de tres vías de entrada al organismo: el contacto a través de la piel y ojos del usuario, por inhalación del agente contaminante o por ingestión. 

La mayoría de los accidentes registrados durante 2016 relacionados con sustancias peligrosas eran de naturaleza leve: 7.527 casos frente a 7.579 totales. Sin embargo, no debemos olvidar que durante el año pasado, se contabilizaron 47 accidentes graves y 5 accidentes mortales (datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social).

Asimismo, tampoco debemos pasar por alto, que otro impacto que tiene la exposición a sustancias químicas en la salud y seguridad de los trabajadores es aquel que se materializa en forma de enfermedades profesionales.

 

Ilustración 1 Evolución de enfermedades profesionales por sustancias químicas en el periodo 2008-2016. Fuente Ministerio de Empleo y Seguridad Social

En efecto, en la ilustración 1 puede verse el claro cambio de tendencia registrado a partir de 2015 en cuanto a las enfermedades causadas por agentes químicos.

Según el Ministerio de Empleo, los grupos de actividad con mayor incidencia en la siniestralidad debida a sustancias peligrosas son:

  • Industria manufacturera (no necesariamente sólo la industria química)
  • Construcción
  • Sector de reparación del automóvil

Los trabajadores del sector agrario son otros agentes implicados, al igual que sectores especialmente vulnerables como mujeres, trabajadores migrantes, jóvenes y trabajadores temporales.

Para una correcta protección de los trabajadores en el ámbito laboral, la acción preventiva debe seguir las indicaciones de la legislación específica de protección de los trabajadores frente a agentes químicos como el  Real Decreto 374/2001, y el Real Decreto 665/1997 de protección de los trabajadores frente a agentes cancerígenos.

Como siempre, el primer paso en toda acción preventiva consiste en conocer de forma precisa el tipo y magnitud de riesgos a los que se enfrentan los trabajadores. Así, antes de tomas cualquier otra medida, deberemos determinar de forma precisa:

  1. El tipo y propiedades de cualquier sustancia química que esté presente (o que pudiera estarlo como consecuencia de algún proceso productivo, de mantenimiento, etc.) en el ámbito laboral. También deberemos conocer los límites de exposición ambiental asociados a cada sustancia.
  1. Cantidades de sustancias presentes en el lugar de trabajo, y concentraciones a las que pueden exponerse los trabajadores.
  1. Tipo, nivel y duración de la exposición. 

Una vez evaluados los riesgos asociados a la presencia de sustancias químicas en el ámbito laboral, procederá el sustituir las sustancias peligrosas por otras que no presenten riesgo, o que presenten menor peligrosidad, además del resto de medidas que se contemplan en la legislación específica antes citada.

En caso de que ninguna de estas medidas consigan reducir el riesgo a los niveles aceptables correspondientes, se deberá recurrir al uso de los Equipos de Protección Individual (EPI).

Medios de protección disponibles 

Una vez identificados los riesgos, la definición correcta de los EPI necesarios pasa por un conocimiento de la normativa aplicable a los EPI,los requisitos que exige cada norma para un tipo de EPI determinado y la relación de estos requisitos y las particularidades de la tarea a realizar, así como,  también las particularidades del propio trabajador. Por último, hay que encontrar estos EPI definidos en el mercady asegurarnos de que cumplan con los requisitos de salud y seguridad del RD 1407/1992.

 

 Ilustración 2 Principales normas de EPI para protección frente a sustancias peligrosas.

En la ilustración 2, se recogen algunas de las normas asociadas a cada tipo de EPI susceptible de ser usado como medida protectora frente a la exposición a sustancias peligrosas

En el caso de este último tipo de protección, debemos tener en cuenta que las posibles combinaciones de adaptadores faciales (máscaras completas, medias máscaras, cuartos de máscara, capuchas, cascos, etc.), de filtros (de partículas, de gases y partículas) y de fuentes de suministro de aire (líneas de aire/ botellas de aire) llevan asociados distintos factores de protección y características funcionales, por lo que nos extenderíamos demasiado haciendo una enumeración más exhaustiva de toda la normativa aplicable. 

Por ello sólo hemos nombrado algunas de las normas aplicables a estos equipos. Aunque en la ilustración no se citan los distintos niveles de protección asociados a las normas mencionadas, debemos hacer hincapié, una vez más, en que la correcta definición del nivel de protección adecuado al nivel de riesgos evaluado es fundamental para proporcionar una protección apropiada al usuario, evitando así tanto la sobre-protección como la sub-protección.

Fuente: asepal.es

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