El Senado bonaerense acaba de aprobar una ley que obliga a los comercios a cambiar las bolsas de polietileno, que hoy son entregadas para el transporte de mercaderías, por contenedores de material degradable o biodegradable que reduzcan el impacto en el ambiente, que fue sancionada el pasado 11 de septiembre y entro en vigencia luego de su publicación en el Boletín Oficial.
Según los plazos preestablecidos, los fabricantes deberán registrar las nuevas tecnologías en materia de producción de bolsas biodegradables y los comercios tendrán de 12 a 24 meses de plazo para eliminar su sistema actual y reemplazarlo por productos alternativos más amigables con el medio ambiente, además la norma prevé que quienes la infrinjan serán apercibidos “por una sola vez” y luego serán pasibles de multas de entre “diez y hasta mil sueldos” básicos de la Categoría Ingresante del Agrupamiento Administrativo”, como así también el Decomiso de las bolsas de transporte no biodegradable, la clausura temporaria del establecimiento que no podrá exceder de un mes o la clausura definitiva del mismo.
Este cambio, en apariencia simple, representa una nueva mirada, imprescindible, sobre nuestras costumbres. No se trata sólo de eliminar una bolsa de polietileno; significa asumir que nuestros hábitos de consumo están afectando el planeta y es momento de cambiar.
Es loable el propósito de minimizar el impacto que provoca la abundancia de estas bolsas en los rellenos sanitarios, los cursos de agua, el mar y el paisaje, como consecuencia de su gran perdurabilidad, calculada en alrededor de 300 años. Sin embargo, también hay que reconocer que, en muchos casos, la aparición de estas pequeñas bolsas en cualquier sitio se debe a un sistema de manejo de residuos obsoleto y desaprensivo como son los basurales a cielo abierto (que también deberán desaparecer, según lo establece la ley de gestión de residuos sólidos de la provincia de Buenos Aires) y de una escasa cultura ciudadana que poco contribuye a la higiene del medio.
Es importante que los nuevos materiales efectivamente reduzcan el caudal de gases contaminantes que se generan durante el proceso productivo o que utilicen menos hidrocarburos. No sería sustentable que se intentara solucionar el tema de los residuos a costa de aumentar, por ejemplo, el efecto invernadero.
Estos cambios necesariamente deben ser acompañados de un proceso de información adecuada y enmarcados en una política cuyo objetivo sea desalentar el uso del packaging innecesario en todos los productos que utilizamos. Se trata de una iniciativa que debe ser alentada e imitada porque promueve que todos los sectores de nuestra sociedad comencemos a sensibilizarnos con este tipo de acciones, que tienen por objetivo promover una actitud responsable frente al planeta y las generaciones futuras.
• Según el Wall Street Journal, en Estados Unidos se consumen 100.000.000.000 de bolsas plásticas cada año. Costo estimado para las empresas U$D 4.000.000.000
• Más de 100.000 pájaros, ballenas, tortugas y otras especies marinas mueren a causa de las bolsas plásticas cada año, las bolsas plásticas NO son biodegradables se convierten en trozos tóxicos más pequeños que penetran en los suelos y entran en la cadena alimenticia cuando los animales los consumen accidentalmente.
• Las bolsas de nylon común tardan 100 años en descomponerse.
• El plástico del que están hechas es el componente de la basura que más aumentó en los últimos 35 años. En el 2006, el 13,75 % del total de residuos eran plásticos, en su mayoría bolsas de polietileno.
• Wal-Mart es el primer hipermercado argentino que adoptó las bolsas biodegradables.
Los plásticos tradicionales están formados por cadenas moleculares compuestos por átomos de carbono e hidrógeno. Estos átomos están ligados fuertemente entre sí. Debido al tamaño y peso de las cadenas moleculares y también por la fuerza de estas ligaduras, puede llevar más de 400 años para que este tipo de material se descomponga en la naturaleza.
Las bolsas oxibiodegradables incorporan en su elaboración un ingrediente especial que no modifica las características básicas y deseables del producto final. Sin embargo, al fragilizar las ligaduras entre los átomos y moléculas, el ingrediente convierte al producto en un material sensible a la luz solar, humedad y temperatura, además de convertirlo en una sustancia digerible por microorganismos, iniciando así el proceso de degradación natural.
Con las ligaduras fragilizadas por este ingrediente y con la presencia de algunos de los factores a los cuales el producto final es sensible, se rompen las ligaduras entre los átomos, que se separan y quedan libres para nuevas ligaduras con átomos de oxígeno existentes en el medio ambiente.
En contacto con el oxígeno libre en el medio ambiente, los átomos de carbono e hidrógeno “liberados” se combinan formando nuevas moléculas de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2). El resultado de esta degradación natural será agua, dióxido de carbono y biomasa, elementos inofensivos al medio ambiente. De esta manera, las bolsas oxi-biodegradables inician su proceso de degradación natural pocos meses después de ser descartadas.
• Villa Belgrano
El Concejo Deliberante de esta localidad aprobó una ordenanza que prohíbe el uso de bolsas de nailon, que entraría en vigencia en un plazo de tres meses.
Mientras, en conjunto con otras entidades, el municipio debería iniciar ahora un proceso de concientización sobre el daño que estos elementos, una vez transformados en residuos no degradables, causan en el ambiente.
La nueva reglamentación pretende fomentar en todo tipo de comercios el uso de bolsas de otro elemento sustitutivo a las de nailon. La intención es disminuir la cantidad de ellas que terminan en la basura: los concejales estimaron que se arrojan unos 9 millones de bolsas por año en Villa General Belgrano.
La norma también contempla que los comerciantes deberían cobrar un peso por bolsa de nailon que entreguen o en su defecto proporcionar sin costo las otras. En el caso de las bolsas grandes de consorcio que se usan para el retiro de la basura, estarían en principio permitidas, aunque habría un proyecto a implementar en un futuro con bolsas de diferentes colores que identifiquen el tipo de residuos domiciliarios, para facilitar su separación en un eventual reciclaje final.
Y los cestos de basura: También trabajaron los concejales respecto a un proyecto de ordenanza presentado por una vecina sobre los cestos de basura domiciliarios. La idea planteada es que Todos los vecinos deban contar con un cesto en su vereda, pero con ciertas características específicas, como que sean de madera y con tapa también cuidando con esto la estética del pueblo.
• Río Tercero
Hace dos meses, una norma similar fue aprobada por el Concejo Deliberante de Río Tercero. En este caso, la prohibición regirá a partir de julio de 2009 aunque será de cumplimiento paulatino: desde esa fecha los comercios podrán entregar hasta dos bolsas de polietileno o similar por cliente; desde enero de 2010 será sólo una por cliente y a partir de julio de 2011 quedará prohibida toda entrega de ese tipo de bolsas.
