16 de mayo de 2024

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47. Gestión del estrés: “La televisión”

 

-¿Cómo es eso? Explicame”¦

-El televisor siempre prendido como suele suceder en las familias de nuestro tiempo disgrega a la familia y corta la comunicación entre ellos lo que acarrea no pocas discusiones y por lo tanto aumento del estrés. Y también no es bueno para la digestión de lo que estamos comiendo.

Por lo menos hay que tenerlo apagado a la hora de las comidas. Es algo que nos distrae de lo que es sustancial en nuestra vida, se roba nuestro tiempo y nunca lo devuelve. Es muy común que los niños de hoy vean televisión mientras comen, y no hacen vida familiar, eso es sustancial y muy importante para un verdadero equilibrio psicológico familiar,

 

-Tienes razón ya es típico en las familias comer con el televisor prendido”¦

-De eso se trata, no se debe prenderlo simplemente porque está allí. Préndelo cuando están dando algo de interés y que realmente quieras ver. Sin la televisión uno puede realizar cosas activamente distendidas, en lugar de pasivamente distractivas.

Ver mucha televisión multiplica nuestro afán de bienestar consumista y reduce nuestra satisfacción personal ya que nos aumenta el estrés lo que es nocivo.

Cuando uno escucha en la televisión diversas noticias, sobre el aumento de los precios de las cosas, aumento del dólar, accidentes, violaciones, etc. hace que sintamos estrés y ansiedad adicional sobre nuestro futuro y el de nuestras familias.

No estoy diciendo que no debamos enterarnos de lo que pasa, pero muchas veces sucede que las noticias mas desagradables, te la repiten en la televisión varias veces en el día, lo que no es bueno para recuperar la tranquilidad después de escucharlas.

 

-Está bien, te entiendo, pero hoy es casi imposible mantenerse alejado de las noticias que nos traen todos los días los diarios y la televisión”¦

-Por eso te aclaro, que cada uno debe aprender a dosificar lo que recibe, no se trata de negar la realidad ni caer en la simpleza de que la falta de seguridad es sólo “una sensación”, como muchos dicen. Simplemente se trata de conservar la calma, ante lo que estamos viviendo. A pesar de lo anterior, esta tensión extra puede ser manejada de la misma manera que la mayoría de nuestro estrés cotidiano. La primera recomendación de los psicólogos es tomar una pausa y no entrar en pánico. Por eso siempre es importante el humor

Hay muchas historias negativas sobre el estado de la economía y la seguridad en los periódicos y en la televisión. Por eso, hay que poner atención en lo que pasa alrededor nuestro, pero evitar caer en la negatividad del sensacionalismo.

 

-Tienes razón, con mi esposa, cada vez que escuchamos los noticieros de la televisión, nos aumenta la angustia y la ansiedad y sobre todo ella que es muy melancólica y depresiva”¦

-Por eso precisamente hay que mantener la calma y la concentración y no tomar decisiones apresuradas e incorrectas. No se debe reaccionar exageradamente, pero tampoco caer en la pasividad general

Durante los tiempos difíciles de la economía, mucha gente es más propensa a tratar de aliviar el estrés con ayuda de actividades nocivas, como fumar, beber alcohol, apostar dinero o comer en gran cantidad, lo que por supuesto no es para nada aconsejable.

La tensión puede también conllevar a un mayor número de conflictos y argumentos entre las parejas. Todos nos vemos afectados, pero depende de nosotros decidir como nos llegan las cosas negativas. Te hago una pregunta. ¿Tu ves los noticieros?

 

-Si por supuesto, que los veo. Me interesa estar informado”¦

-Me parece bien, que estés informado. ¿Pero como te quedas después de ver el noticiero de la medianoche?. ¿Puedes dormir tranquilo”¦?

 

-No precisamente me es mas difícil conciliar el sueño, que cuando veo algo de deportes”¦

-Es así, entonces por lo menos no veas el noticiero de la noche, vé algunos goles y después te dormirás mas tranquilo”¦ Por eso te digo que la televisión es muy buena para bajar el estrés cuando está apagado.


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Estas “charlas” cotidianas sobre el estrés, se realizan todas teniendo en cuenta el libro “EL ABC DEL ESTRÁ‰S LABORAL”, del Dr. Hugo Francisco Rostagno.

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