Según comprobó La Nacion, durante una recorrida por el centro, Retiro y Recoleta, no son pocos los chicos que viajan parados, fuera de sus asientos, de pie en los pasillos o jugando con sus compañeros. Un sinfín de situaciones riesgosas que ponen en peligro sus vidas ante el riesgo de accidentes como el que ocurrió cuando un ómnibus chocó con una parada de colectivos en Retiro y una celadora salió despedida del parabrisas y varios chicos resultaron golpeados.
Al consultar La Nacion a los choferes y celadoras, se afirmó que conseguir que los chicos se coloquen el cinturón de seguridad y viajen sentados es todo un desafío. Dicen que constantemente tienen que obligarlos a regresar a sus lugares, muchas veces sin éxito. "No todos los transportes escolares cumplen con la obligación de que los chicos vayan con el cinturón de seguridad, una obligación que le corresponde al chofer", señaló la defensora adjunta del pueblo de la ciudad Buenos Aires, Graciela Muñiz.
Por: Evangelina Himitian y Pablo Tomino
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