15 de mayo de 2024

Equipos de protección colectivos

Las duchas y lavaojos de emergencias son dos de los elementos más comunes de protección colectiva; estos equipos de protección no deben faltar nunca en aquellos recintos donde hay riesgo de contacto con sustancias peligrosas. Cada una será usada en el momento en que haga falta, ante el contacto de sustancias corrosivas, ya sea a nivel del cuerpo en general o de los ojos en particular.

Duchas
La ducha debe proporcionar un caudal de agua potable suficiente para empapar a una persona completa e inmediatamente; hay que procurar que la temperatura del agua oscile entre los 20º y 35º; y que disponga de desagüe.

  • El cabezal debe tener un diámetro suficiente para impregnar totalmente a la persona (20 cm) y sus orificios deben ser grandes. La distancia desde el suelo a la base del cabezal de la ducha debe permitir que la persona permanezca erguida; la separación desde la pared al cabezal debe ser adecuada. Es recomendable que la distancia desde el suelo a la llave de apertura no supere los 2 m.
  • La válvula de apertura debe ser de accionamiento rápido, la llave o accionador debe ser fácilmente atrapable con la mano, los modelos más adecuados son los que tienen un accionador triangular unido al sistema mediante una barra fija. Las llaves de paso de agua de la instalación deben estar situadas en un lugar no accesible para el personal para evitar que se corte el suministro de manera imprevista.
  • Es útil disponer de un sistema de alarma acústica o visual que se ponga en marcha al utilizar el equipo y así permitir que el resto de personal se entere de que existe un problema y pueda acudir en auxilio.
  • Las duchas colocadas en vestuarios o lavabos pueden realizar las funciones subsidiarias en casos de laboratorios de poca superficie y para pequeñas quemaduras o salpicaduras en la ropa.

Fuente lavaojos

  • Deben estar constituidas básicamente por dos rociadores o boquillas separadas entre 10 y 20 cm, apuntándose entre sí, para que el individuo coloque su cara, en el lugar correspondiente y pueda higienizar rápidamente a sus ojos. Deben ser capaces de proporcionar un chorro de agua potable, dentro de una pileta de 25 a 35 cm con su correspondiente desagüe, un sistema de fijación al suelo o a la pared y un accionador de pie o de codo, a fin de facilitar su uso.
  • El chorro proporcionado por las boquillas debe ser de baja presión y es recomendable que el agua esté templada. Con las llaves de paso del agua de la instalación se tendrán las mismas precauciones que para las duchas de seguridad.
  • El tiempo mínimo que debe aplicarse agua a los ojos es, habitualmente, entre 10 y 20 minutos.

Tanto en las duchas como en las fuentes lavaojos es conveniente verificar periódicamente el buen estado de estos equipos para asegurar su funcionamiento en caso de que sea necesario su uso.

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