“Estamos manifestando nuestra determinación de combatir el cambio climático”, dijo el comisionado de medio ambiente de Europa, Stavros Dimas, que anunció la propuesta recientemente en Bruselas. “Es una manera de persuadir a otros países de que se sumen a nosotros”.
Las reglamentaciones, que serían legalmente vinculantes, se aplicarían a todos los vuelos dentro del bloque a partir de 2011. Las empresas extranjeras que aterricen y despeguen de aeropuertos transitados como Francfort, Londres y París estarían obligadas a sumarse al sistema al año siguiente. En caso de implementarse, la medida podría elevar los costos para las aerolíneas, lo cual podría derivar en tarifas aéreas más altas para los pasajeros.
La propuesta se basa en los principios de un sistema establecido que Europa hoy utiliza para ayudar a combatir el calentamiento global y cumplir con los objetivos de emisiones planteados en el Protocolo de Kyoto.
British Airways dijo que la legislación propuesta “ahora trataría a la aviación de manera más parecida que a otras industrias”. Pero Lufthansa, un transportista alemán, criticó duramente el plan, con el argumento de que una acción más rápida para racionalizar el control del tráfico aéreo y reducir los desvíos de aviones sería mucho más efectiva a la hora de reducir las emisiones.