25 de abril de 2024

Estrés, ocio y trabajo

  1. Estrés
    Normalmente decimos que el estrés es la respuesta del organismo a las influencias o exigencias externas o internas. En el cuerpo siempre tenemos un cierto nivel de estrés, que es la energía que nos mantiene despierto, y nos permite ejecutar las tareas que debemos realizar. Esta preparación del cuerpo a veces se intensifica por un motivo real y otras veces sin motivo. Es uno de los fenómenos más extendidos de nuestro tiempo y afecta a personas de toda condición. No es una enfermedad moderna; es una experiencia vital tan antigua como la especie humana.

    El estrés es una defensa natural del organismo que se encuentra dentro de nosotros mismos y que sirve para hacer frente a demandas de experiencias difíciles en nuestra vida diaria. Pero también puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas, cerebrovasculares, hipertensión, úlceras, inflamación intestinal y problemas musculares y de huesos. Las evidencias sugieren que el estrés altera las funciones inmunológicas, facilitando posiblemente el desarrollo del cáncer.
    Los problemas de ansiedad, depresión, neurosis, alcohol y drogas van claramente asociados al estrés, éstos últimos contribuyen a la incidencia de accidentes, homicidios y suicidios. Consideradas en conjunto, estas alteraciones son las responsables de la gran mayoría de enfermedades, fallecimientos, incapacidades y necesidad de atención médica en general. El costo de las ausencias por enfermedad con motivo del estrés y de las alteraciones mentales se estima que es un porcentaje alto.

  2. Ocio
    El ocio se puede definir como un conjunto de ocupaciones en las que una persona emplea su tiempo, sin tener obligación de realizarlas. Son ocupaciones que se hacen con “otro sabor”, que cuando se trabaja. En realidad, es un tiempo de descanso del cuerpo, que es típico en los fines de semanas o en las vacaciones.

    La gente suele emplear su tiempo de ocio en hacer muchas cosas, que normalmente no haría. La mayoría lo emplea en descansar o en hacer deportes o salir de su casa. Siempre es bueno tomarse tiempo de descanso entre los de estudio o trabajo y no agobiarse con responsabilidades extras, por supuesto que no desconozco que esto es siempre más fácil decirlo que hacerlo. Pero debe ser hecho. En realidad ocio y trabajo nunca son simultáneos sino actividades alternativas y que deben ser complementarias. El ocio es sinónimo de “vacaciones” que deriva de la palabra “vacante”, es un tiempo que está vacío o sin programar. Es un tiempo ideal para poner en perspectiva el día a día de su vida y para apartar temporalmente la carga de estrés. Es importante cambiar temporalmente de escenario en las vacaciones. Es el tiempo de parar “la máquina del tren” que uno lleva en el interior.

  3. Trabajo
    La palabra “trabajo”, viene de “tripalium”, instrumento de tortura con que los antiguos, obligaban a sus esclavos a trabajar.

    Trabajar es llevar a cabo una actividad distinta y compleja, con más o menos dificultad física o intelectual y total dedicación. Por el trabajo que haga, a usted le pagan, en cambio por el ocio que reciba usted debe pagar, ésa es la principal diferencia.

    Aún en los albores de nuestra sociedad tecnologizada, cuyo gran factor funcional es la accesibilidad y manejo de la información, no ha sido posible eliminar (y tal vez nunca lo será) la tendencia natural del ser humano al ocio en el contexto del trabajo. Como paradoja, la tecnología se ha encargado de hacer más eficiente esta tendencia que tanto afecta los negocios, en lo inmediato, como la productividad humana y empresarial. En realidad, la palabra “negocio”, significa “negación del ocio”, vale decir que quien está haciendo negocio, no está haciendo ocio.

    Suele ocurrir que el límite entre lo que es “trabajar” y lo que es “dedicarse al ocio creativo”, o un hobby como también suele llamarse, empieza a ser dudoso.
    Muchas de las actividades que hoy consideramos “ocio” podrían darnos dinero o “prestigio”, entonces la frontera entre el momento de trabajar y el de descansar dejará de ser un muro infranqueable. Lo ideal o divertido será crear la economía de un mundo así, donde uno trabajara en lo que realmente le guste y pueda vivir de ese trabajo. Algo que no siempre ocurre.
    En realidad es casi inevitable experimentar cierto grado de estrés en el trabajo y en las ocasiones apropiadas resulta benéfico. No obstante, demasiado estrés es peligroso para la salud en general, ya que se alteran en forma prolongada y perjudicial las funciones de muchos sistemas del organismo. El estrés causa la ansiedad, que en pequeñas cantidades es positivo y saludable porque nos mueve a hacer las cosas bien, pero si cada cosa por pequeña que sea, nos pone demasiados ansiosos y nerviosos, este estrés pasa a ser negativo y nocivo, jugándonos una mala pasada a la salud.

    El estrés en el trabajo tiene diversos significados para distintas personas. Lo que para algunas es “la sal de la vida”, ya que no pueden mantenerse “ociosas”, para otras significa un tormento a evitar a toda costa. Lo que resulta estresante para alguien puede resultar placentero para otro. Cada persona tiene su propia respuesta personal ante los diversos agentes estresores a que nos vemos enfrentados en el día.

  4. Medidas Preventivas
    Para llegar a un equilibrio entre estrés, ocio y trabajo, se debe tener en cuenta que hay que luchar contra el estrés, que se presenta simplemente sin que nos demos cuenta con síntomas o mensajes que nos manda nuestro cuerpo y que debemos saber interpretar. Estos síntomas suelen ser simples, dolores de cabeza o dolores musculares, insomnio, irritabilidad, agresividad, gastritis, diarrea o constipación, etc. Si no le damos importancia a estos síntomas, podemos llegar a verdaderas enfermedades que ya son más graves tales como la hipertensión arterial, infarto de miocardio, accidente cerebro vascular, úlceras, cólon irritable, etc.

    El primer paso para resolver el estrés consiste en conocer con la mayor exactitud posible, de qué se trata y cuál es su verdadera dimensión. Afrontar y vencer el estrés es una actividad práctica y hay que encontrarla mediante pequeños pasos, en forma tranquila y relajada, pero al mismo tiempo perseverante. Es una tarea de todos los días. Ignorar el estrés y sus consecuencias es la mejor manera de que este se perpetúe y poco a poco nos destruya. Usted debe conocerlo, porque no se puede luchar contra quien no se conoce, su eliminación requiere saber su origen y su naturaleza. No se puede combatir lo que no se conoce.
    La solución del problema comienza a partir de que uno toma conocimiento de que está estresado y partir de allí hay un sinnúmero de actividades que puede realizar para disminuirlo, tales como:

    1. Cambio de actitud
      La actitud es un reflejo de los pensamientos de una persona. Una buena actitud puede cambiar fundamentalmente la orientación de las cosas. Quien ve sólo lo negativo en las diversas situaciones de la vida, está malgastando su tiempo y ayudando a aumentar el estrés. La calidad de su vida dependerá de la actitud positiva o negativa que tenga en la misma.
      Para sacarse la actitud depresiva, pruebe usted de hacer lo siguiente:
      Tire los hombros hacia atrás, respire profundo, estire el cuello, levante la mirada y camine con pie firme, casi marcando el paso. Mirando siempre adelante y arriba, cuando se mira el piso aparece la depresión y la tristeza, cuando se mira hacia arriba, se mira el horizonte, se mira el porvenir, se mira la esperanza. Y el porvenir es siempre mejor si hacemos algo positivo, pensemos en nuestros sueños y vayamos haciéndolos realidad en nuestra mente. En suma, camine como “El hombre urbano”.
    2. Creatividad
      La creatividad es la mayor rebelión que hay en la vida. El creativo no puede seguir un camino ya trillado, tiene que hacer su propio camino. Tiene que marginarse de la mente colectiva. Una persona creativa es aquella que tiene percepción, puede ver cosas que no ha visto nadie antes, oye cosas que no ha escuchado nadie antes, entonces hay creación de algo que no existía. Si hay creatividad, el estrés disminuye.
    3. Humor
      Desarrolle el sentido del humor aún cuando las cosas no vayan bien. Si es posible ríase de sí mismo y de la situación. Un buen comienzo del día suele ser mirarse al espejo cuando recién se levanta, no hay nada más cómico que uno mismo en esa situación. ¿Se acuerda del tango de Julio Sosa?: “qué vieja y cansada imagen me devuelve el espejo…” Vea su imagen y ríase de la misma o por lo menos sonría, le hará bien.
      Quien no tiene humor no puede recibirlo. Cuando nos reímos aumentamos la cantidad de endorfinas, que nos hacen disminuir el estrés.
      Patch Adams, a quien se denomina el “médico payaso”, fue quien descubrió las propiedades positivas y terapéuticas de la risa en la curación de diversas enfermedades. Fue quien inspiró la película con ese nombre que inmortalizó Robin Williams, que desde ya les recomiendo.
    4. Preocupaciones
      La preocupación es posiblemente la mayor pérdida de energía a la que somete el hombre civilizado y que es productora del estrés. Trastorna su cuerpo y su mente, disminuye el flujo de jugos gástricos hacia el estómago, contrae los intestinos y quita el apetito. El flujo de saliva disminuye y se tiene la boca seca.
      Trate de comer cuando esté preocupado y tendrá una hermosa indigestión, por eso el consejo es “cuando esté estresado mejor es que no coma”.
    5. Ocio y vacaciones
      Si no tenemos vacaciones y estamos viviendo en permanente estrés, podemos llegar a un desgaste emocional con angustia, depresión y crisis de pánico. Puede haber pérdida de la memoria, disminuye la capacidad de pensar rápidamente y el estar permanentemente irritable, son todas posibles consecuencias de no descansar lo que corresponde. Los investigadores del estrés en el trabajo, sostienen que hay una cultura en torno al no descansar, sobre todo en los dueños de Pymes o en trabajadores por cuenta propia. A veces se piensa que descansar es pecaminoso y que no debiera ocurrir, se llega a que algunas personas se sientan culpables si toman vacaciones. O si las toman y se la pasan pensando en sus tareas laborales, planificando o pensando qué hacer cuando regrese. En definitiva, no se descansa mentalmente.

      Por eso este año, no deje de tomarse unas vacaciones, no importa el lugar a donde vaya, sí importa “sacarse de la cabeza”, los problemas de todos los días. Ande en bicicleta, corra por el pasto, sienta el viento, reúnase con gente diferente, descargue las tensiones y recobre su silencio interior.

    6. Tomarse un té
      Hace algunos años, había una propaganda en televisión, que hacía referencia a una madre muy estresada por los quehaceres domésticos, los hijos, la atención del marido, etc., se la veía muy atareada, hasta que al final decía, “me tomo cinco minutos, me tomo un Té”. No me acuerdo de la marca del té. Pero si hay que destacar que ciertas infusiones actúan sedando la musculatura, aportan calor al cuerpo relajando al mismo tiempo.
      Estas hierbas disminuyen los niveles de estrés y le sientan bien al estómago, son calmantes naturales que si se toman adecuadamente no dejan sensación de embotamiento.
      La manzanilla o el tilo, tienen esas propiedades curativas, que a cierta hora del día le caerán mejor que el clásico cafecito o los mates, que son estimulantes.
    7. Descanso
      Cuando se vaya a dormir limítese a pensar en algo agradable, trate de que sus pensamientos no salten de uno a otro problema. Es preferible, que antes de ir a la cama, usted haya “cerrado el día”. Esto consiste en haber hecho un pequeño balance de su día, de todo lo que hizo y todo lo que le faltó realizar. Anote las cosas que tiene que hacer mañana, es mejor para que no sigan dando vueltas en la cabeza.
      “Mañana será otro día y me ocuparé cuando vea lo que anoté, pero ahora me voy a dormir sin llevar los problemas a la cama”.
    8. Televisión
      No se aconseja ver por televisión alguna película terrorífica o el informativo de la medianoche. Este siempre trae las malas noticias las que suelen retardar el sueño. Una mente inquieta ahuyenta el sueño o hace que sea de mala calidad. No se lleve los problemas a la cama.
      La falta de sueño puede hacer que uno se sienta malhumorado, enojado o más vulnerable al estrés y a las enfermedades.
      El sueño es necesario porque las células se reponen y se reparan, el sistema inmunológico se fortalece, las toxinas se filtran para que puedan salir del cuerpo y los músculos se relajan.
¿Está estresado?
Tómese unos instantes para investigarse usted mismo, acaso:
¿Le duele la cabeza?
¿Se siente cansado?
¿Siente angustia?
¿Le duele el cuerpo, alguna parte en especial?
¿Tiene insomnio?
¿Come mucho y rápido?
¿Es alguien que no sabe quedarse quieto?
¿Le exaspera hasta el más mínimo error?
¿Se siente inapetente?
¿Se siente irritable?
¿Está deprimido?
¿Grita exasperado?
¿Sufre de frecuentes diarreas?
¿Se enferma con facilidad?

Éstas, y más preguntas, podríamos hacernos para detectar si estamos inmersos en un estado de estrés. Pero si contestó en forma positiva, la mayoría, usted es un candidato a sufrir estrés, y deberá prestarle mucha atención a este tema, descansando más y realizando más horas de ocio.

Estresores
Los llamados estresores actúan sobre nuestro cuerpo llevándonos a estresarnos.
Son disparadores que tenemos en la vida diaria que a veces en forma aislada o todos en conjunto actúan estresándonos, tales como:

  • Sobrecarga en el trabajo.
  • Poco tiempo para realizarlo.
  • Ambigüedad de rol.
  • Malas relaciones personales.
  • Inseguridad e incertidumbre.
  • Cambios inesperados en la organización.
  • Excesiva responsabilidad.
  • Falta de estímulo.
  • Trabajo repetitivo.
  • Poca creatividad.
  • Conflicto de intereses con jefes o subordinados.
  • Falta de apoyo social.
  • Insatisfacción a sus necesidades.
  • Mala adaptación a su ambiente de trabajo.
  • Preocupaciones diversas.
  • Problemas económicos.
  • Ritmo de trabajo vertiginoso.
  • Situaciones dramáticas.
  • Ruido excesivo.
  • Deslumbramiento.
  • Olores desagradables.
  • Temperaturas extremas.
  • Miedo o temor a las alturas.

Consejos Prácticos

  1. Sea realista en lo que puede y no puede realizar, las metas demasiado ambiciosas son causas frecuentes de estrés.
  2. Trabaje todo lo que usted crea necesario, pero realice cortos tiempos de ocio y haga el reposo adecuado y que necesite.
  3. Ocúpese de las tareas y no Preocúpese por las tareas.
  4. Controle sus emociones, sonría más a menudo.
  5. No recurra al alcohol, a drogas o la automedicación.
  6. No mantenga los sentimientos negativos dentro de si mismo, identifique los errores y converse con alguien que pueda confiar.
  7. Tome decisiones, no aplace lo que tiene que hacer o decir.
  8. Trate de seguir rutinas y evitar la desorganización.
  9. Desarrolle el sentido del humor cuando las cosas no vayan bien. Si es posible ríase de sí mismo y de la situación.
  10. Cuando se sienta estresado, emplee una técnica de relajación como respirar profundo, detenerte un momento y mirar al cielo, etc.

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    Se trata de un trabajo que podrá ser leído una y otra vez y seguramente en cada una de ellas se encontrarán nuevas riquezas en sus conceptos, de acuerdo a la etapa de la vida que nos toque vivir.
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    Dr. Daniel López Rosetti
    Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés
    SAMES – Asociación Civil

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