20 de abril de 2024

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OSHA: Trastornos musculoesqueléticos

Los trastornos musculoesqueléticos (TME) son una de las enfermedades de origen laboral más comunes que afectan a millones de trabajadores en toda Europa y cuestan a los empresarios miles de millones de euros. Afrontar los TME ayuda a mejorar las vidas de los trabajadores aunque también tiene sentido desde un punto de vista empresarial.

Los trastornos musculoesqueléticos normalmente afectan a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también pueden afectar a las extremidades inferiores. Comprenden cualquier daño o trastorno de las articulaciones y otros tejidos.  Los problemas de salud abarcan desde pequeñas molestias y dolores a cuadros médicos más graves que obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico. En los casos más crónicos, pueden dar como resultado una discapacidad y la necesidad de dejar de trabajar.

Los dos grupos principales de TME son los dolores y las lesiones de espalda y los trastornos laborales de las extremidades superiores (que se conocen comúnmente como «lesiones por movimientos repetitivos»).

La mayoría de los TME relacionados con el trabajo se desarrollan a lo largo del tiempo. Normalmente no hay una única causa de los TME, sino que son varios los factores que trabajan conjuntamente. Entre las causas físicas y los factores de riesgos organizativos se incluyen:

  • Manipulación de cargas, especialmente al agacharse y girarse
  • Movimientos repetitivos o forzados
  • Posturas extrañas o estáticas
  • Vibraciones, iluminación deficiente o entornos de trabajo fríos
  • Trabajo a un ritmo elevado
  • Estar de pie o sentado durante mucho tiempo en la misma posición

Existes datos crecientes que vinculan los trastornos musculoesqueléticos con factores de riesgo psicosocial (en especial combinados con riesgos físicos), entre los que se incluyen:

  • Alto nivel de exigencia de trabajo o una escasa autonomía
  • Escasa satisfacción laboral

No existe una única solución y en caso de problemas graves o poco habituales puede ser necesario asesoramiento profesional. Sin embargo, muchas soluciones son fáciles y baratas, por ejemplo, proporcionar una carretilla para manipular mercancías o cambiar la posición de los elementos de un despacho.

Para abordar los trastornos musculoesqueléticos los empresarios deberían utilizar una combinación de:

  • Evaluación de riesgos: adoptar un enfoque holístico, evaluando y abordando todas las causas (véase supra)
  • Participación del empleado: incluir al personal y sus representantes en los debates sobre posibles problemas y soluciones

Las acciones preventivas podrían incluir cambios en:

  • Diseño del lugar de trabajo: adapte el diseño para mejorar las posturas de trabajo
  • Equipo: asegúrese de que tiene un diseño ergonómico y adecuado para las tareas
  • Trabajadores: mejore la conciencia del riesgo, proporcione formación sobre buenos métodos de trabajo
  • Tareas: cambie los métodos o herramientas de trabajo
  • Gestión: planifique el trabajo para evitar el trabajo repetitivo o trabajar en malas posturas durante un tiempo prolongado Planifique pausas para descansar, rote los puestos de trabajo o reasigne el trabajo
  • Factores organizativos: desarrolle una política en materia de trastornos musculoesqueléticos

También deben considerarse en el enfoque de gestión de los TME la vigilancia de la salud, la promoción de la salud y la rehabilitación y reintegración de los trabajadores que ya padecen algún TME.

Fuente: osha.europa.eu

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