El estrés tiene dos maneras de presentarse en la persona:
agudo y crónico.
Es agudo cuando lo provoca un hecho específico y crónico debido a la acumulación de ansiedad y presión diaria.
En las dos formas nos puede desgastar y perjudicar nuestra salud.
La respuesta que tiene nuestro organismo frente al estrés que estamos sufriendo se puede manifestar en nuestro cuerpo de diferentes maneras, alguna que podemos darnos cuenta y otras no.
El estrés eleva la tensión arterial, nos hace susceptibles a trastornos respiratorios, gripes, anginas, aumenta el riesgo de los trastornos cardíacos, diabetes, psoriasis, asma, colitis, cáncer, gastritis y úlceras en el estómago o el intestino.
Puede haber también disminución de la función renal, problemas del sueño, alteraciones del apetito o agotamiento general, entre otros.
Rápidamente podemos decir que los síntomas más frecuentes del estrés son:
- Dolores de cabeza
- Dolores musculares
- Insomnio
- Irritabilidad
- Aislamiento
- Agresividad
- Gastritis
- Diarrea o constipación
GHADIRIAN