El acuerdo permitió implementar la tercera etapa del Programa “Construir futuro con trabajo decente”, que llevan adelante ambas carteras con el apoyo técnico de la Organización Internacional del Trabajo, con el objetivo de incorporar en la formación profesional y en diversos ámbitos educativos los valores relativos a la dignidad del trabajo, sus principios y derechos fundamentales y el concepto de trabajo decente.
Este proyecto se enmarca en el Plan Nacional de Regularización del Trabajo, puesto en marcha en agosto de 2003, que se sumó a las campañas de erradicación del trabajo infantil y de disminución de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, dijo a Télam que “los dos ministerios venimos trabajando juntos en inculcar el valor del trabajo, la importancia de los derechos laborales y la importancia del trabajo en el aspecto educativo; así empezamos un largo camino en el año 2006 que hoy celebramos con la firma de un tercer convenio con objetivos mucho más altos y ciertamente posibles”.
“Cuando nos planteamos esto lo hicimos pensando en una sociedad de trabajo, cómo fue en su momento la sociedad argentina, una sociedad que se cohesionó a través de la educación pública y el trabajo”, afirmó.
“Por eso la sociedad argentina reconoció los cinco millones de puestos de trabajo que se recuperaron y por eso festeja que el seis por ciento del PBI se destine a educación; porque reconoce en la educación y en el trabajo dos pilares constitutivos de una sociedad mejor”, agregó.
“Queremos adolescentes que terminen la escuela secundaria y que puedan insertarse laboralmente y continuar sus estudios conociendo sus derechos laborales. Estamos, en primer término, formando desde la educación ciudadanos, pero, al mismo tiempo trabajadores y trabajadoras que sepan cuáles son sus derechos, porque sabiéndolo son más ciudadanos”, finalizó Tomada.
El ministro de Educación, Alberto Sileoni, señaló a Télam que “la sociedad de los 90 no apreciaba el trabajo, no reconocía su dignidad y lo precarizaba, este proyecto de país no sólo recuperó el trabajo, sino que después se empezó a discutir la calidad del mismo, y ese es un proceso inevitable porque siempre los derechos llaman a más derechos”.
“En algún momento tener trabajo, bajo cualquier condición que fuese, era visto cómo un logro. Hoy felizmente esos trabajos se hacen dignos, se regularizan y dejan de ser precarios”, subrayó.
“Este es un gran desafío para nuestras 45 mil escuelas, nuestros 12 millones de alumnos y nuestros novecientos mil docentes; tenemos que brindarle estos contenidos a todos porque es un elemento central del proyecto político que atraviesa el país desde el 2003”, finalizó Sileoni.
Fuente: terra.com
