20 de abril de 2024

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Los pacientes con espondilitis anquilosante ven perjudicado su desarrollo profesional

La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria crónica que produce inflamación en las articulaciones sacroilíacas y la columna vertebral y, como consecuencia, estas articulaciones tienden a soldarse entre sí, provocando dolor, daño estructural y fusión de las vertebras, con un alto nivel de discapacidad, además de un fuerte impacto psicológico y en la calidad de vida global del paciente.

En España, medio millón de personas padece esta enfermedad reumatológica, la más frecuente de todas las espondiloartritis, y cada año se registran aproximadamente siete casos nuevos por cada 100.0000 habitantes. Sin embargo, el diagnóstico puede tardar hasta 8,5 años de media.

El ‘Atlas de Espondiloartritis Axial en España 2017: radiografía de la enfermedad’ analiza el estado de esta patología reumatológica de manera integral. Este informe se basa en los resultados de una encuesta global realizada a pacientes con espondiloartritis axial, en su mayoría con espondilitis anquilosante (EA), a nivel nacional, que ha sido presentado en Madrid por la Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis (Ceade), la Universidad de Sevilla y el Instituto Max Weber, en colaboración con la Sociedad Española de Reumatología (SER – grupo GRESSER-) y Novartis.

Las cifras de la espondilitis anquilosante

En su forma clásica y tradicional, el perfil del paciente con espondilitis anquilosante corresponde a un chico joven, habitualmente menor de 45 años, con dolor lumbar o en nalgas de varios meses de duración, según ha explicado la facultativa especialista del Área en Reumatología del Hospital Universitario La Paz y miembro de la junta directiva de GRESSER, la doctora Victoria Navarro, durante la presentación.

Además, Navarro señala que, puesto que tiene un carácter hereditario, muchos pacientes tienen el gen que se asocia a la enfermedad (HLA-B27) o algún familiar con espondiloartritris o alguna de sus manifestaciones, como la uveítis, enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad Crohn, colitis ulcerosa, o psoriasis.

A esto hay que sumar el enorme deterioro del estado emocional de los pacientes, derivado del dolor crónico y la pérdida de funcionalidad, que hace que comorbilidades como la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño tengan mayor prevalencia.

Tras el diagnóstico, los afectados suelen invertir en cuidados complementarios para su salud, como terapias rehabilitadoras o ejercicio físico, una media de 115 euros mensuales, según evidencia este informe.

En cuanto al tratamiento, los principales objetivos de los pacientes encuestados son la aspiración de que la terapia les ayude a reducir y eliminar el dolor (77,6%), recuperar la movilidad (51%), mejorar su calidad de vida (17,8%), evitar el daño estructural (16,8%) y curar definitivamente su enfermedad (14,4%).

Y es que esta enfermedad limita actividades cotidianas como hacer deporte, limpiar o incluso trabajar, lo que genera unas pérdidas en la productividad laboral de casi 4.000 euros anuales por enfermo, que sumadas a los costes sanitarios, se eleva a 11.000 euros al año por cada paciente.

El estudio destaca que, de aquellos participantes en activo (50,2%), más de la mitad (53,3%) ha tenido algún problema en el trabajo debido a su enfermedad en los últimos 12 meses, el 35,2% ha estado de baja por esta causa, el 12,4% ha solicitado días de permiso o excedencia y el 13,1% tuvo que reducir su jornada laboral en ese mismo periodo de tiempo.

Además, hasta el 59,6% afirma haber tenido problemas para cumplir su horario, el 21,1% considera que su trabajo se ha resentido debido a la espondilitis, por ejemplo, con la falta de promoción, y hasta el 9,2% ha tenido que cambiar de profesión.

En el caso de los encuestados en desempleo, el 61,3% afirma que perdió su trabajo a causa de la patología, y el 31,9% cree que su elección laboral estuvo o está condicionada por la espondilitis.

Infografía sobre la espondilitis anquilosante/Cedida por la Coordinadora de Asociaciones de esta patología. A la hora de buscar oportunidades laborales, los pacientes también deben asumir dificultades añadidas: el 86,3% piensa que le resultaría complicado acceder a un nuevo puesto a causa de la enfermedad.

En este sentido, el presidente de Ceade, Pedro Plazuelo, ha insistido en que “la espondilitis te limita mucho, tanto a nivel social como laboral. Las espondiloartritis son enfermedades que cursan en brotes y que producen mucho dolor. Son crónicas e incapacitantes, y en muchos casos tienes que dejar tu trabajo de toda la vida y reinventarte”.

Fuente: efesalud.com

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