19 de marzo de 2024

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ASEPAL insiste en la necesidad de los EPI para evitar accidentes laborales

Los equipos de protección individual son la última barrera para evitar lesiones laborales, sin embargo, las estadísticas de accidentes de trabajo siguen mostrando datos preocupantes. En concreto, desde ASEPAL, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual, destacan que en los primeros once meses de 2018 el número de accidentes de trabajo con baja ha sido de 399.312, un 3,6 % más que en el mismo periodo de 2017, mientras que el de accidentes de trabajo sin baja fue de 482.449, un 1,2 % menos, según las estadísticas de accidentes de trabajo correspondientes al periodo enero-noviembre de 2018 que ha publicado el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Son cifras preocupantes que ponen de relieve que aún es necesario incidir en la concienciación sobre seguridad laboral y la utilización de los equipos de protección individual. «Los EPI son imprescindibles para evitar un gran número de accidentes laborales, pero no todas las empresas y profesionales autónomos conocen a fondo los EPI existentes, sus funciones y la obligatoriedad de uso», explica Luis Gil, secretario general de ASEPAL.

Tal y como recuerdan desde la Asociación, que engloba a más de 90 fabricantes y distribuidores del sector en España, las empresas y trabajadores deben ser conscientes de la importancia de usar los elementos adecuados de protección según su actividad diaria. Sin embargo, España sigue registrando algunas de las peores cifras de siniestralidad laboral de la Unión Europea. En concreto, de los accidentes que implicaron baja, se produjeron 2629 graves y 327 mortales. «Es necesario concienciar a la sociedad y reforzar el sistema de prevención de riesgos laborales. Además, el Gobierno debe impulsar nuevas políticas para reducir y prevenir los accidentes laborales», añade Luis Gil.

España sigue estando a la cola en seguridad laboral, si bien en 2018 se han llevado a cabo algunos avances para reforzar la legislación vigente. Uno de los más relevantes es la aplicación del nuevo Reglamento Europeo 2016/425. «Tras más de 25 años en vigor, la directiva 89/686/CEE ha sido sustituida por el nuevo reglamento que clasifica los equipos de protección según diferentes categorías, en función del nivel de riesgos frente a los que protegen», explica Luis Gil. Desde ASEPAL insisten en lanzar a la población un nuevo mensaje para concienciar sobre el papel de los EPI en la prevención efectiva de riesgos laborales.

La falta de prevención en las empresas y de los mismos trabajadores está aumentando la siniestralidad laboral, por eso hay que extremar la vigilancia en el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y de toda su normativa de desarrollo. La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece una serie de principios generales, como es el artículo 17, sobre la obligación por parte del empresario de proporcionar a los trabajadores los equipos de protección adecuados para el desempeño de sus funciones, siempre que un riesgo no se pueda evitar o limitar suficientemente. Desde el pasado 21 de abril, se ha empezado a aplicar el nuevo reglamento sobre estos equipos de protección, que se clasifican según diferentes categorías en función del nivel de riesgos frente a los que protegen.

Los EPI son aquellos dispositivos o medios de los que dispone una persona con el objetivo de protegerse de uno o varios riesgos que puedan afectar a su salud y seguridad. Debidamente certificados y adecuados al puesto laboral, los EPI ayudan a reducir el riesgo de sufrir lesiones o evitar posibles accidentes. «A la hora de seleccionar un EPI, siempre se deben conocer al detalle todas las características asociadas a la tarea y al trabajador», señala Luis Gil.

Datos por sectores

La industria manufacturera es la actividad con mayor número de accidentes con baja: 41.105 accidentados. El sector del comercio y de la construcción se sitúan en el segundo y tercer puesto, con 29.580 y 26.010 accidentados, respectivamente.

El sector servicios es en el que más accidentes laborales mortales se han registrado. Aunque en el resto de sectores la tasa de mortalidad ha disminuido, en la industria se han registrado 40 fallecimientos, y en construcción y sector agrario, 29 y 23, respectivamente.

Pese a que todo accidente puede ser evitado y teniendo en cuenta que el EPI constituye el último recurso preventivo, cuando se recurre a su uso se debe tener en cuenta que este constituye la barrera final para evitar daños a la salud y seguridad del trabajador.

Es  importante iniciar un cambio de mentalidad de las instituciones, del empresario y del trabajador con respecto al nivel de exigencia en prevención y seguridad laboral.

Desde ASEPAL recuerdan la importancia de seleccionar el equipo adecuado según el puesto de trabajo, sin ahorrar costes. Para saber si un EPI hubiera podido evitar o reducir la lesión del accidentado, se debe analizar en cada caso si los usuarios llevaban puesto un EPI, si este EPI estaba correctamente seleccionado frente al riesgo al que estaba expuesto el usuario, si lo llevaba correctamente colocado, si el EPI estaba en buen estado y correctamente certificado o si la magnitud del accidente fue tal que las prestaciones del EPI no fueron suficientes para evitar la lesión.

La mayor parte de las lesiones se centran en las extremidades superiores e inferiores, porcentajes que se muestran bastante constantes a lo largo de los años, por lo que es posible que las estrategias de prevención y las evaluaciones de riesgos laborales en el lugar de trabajo deban prestar una mayor atención a la forma de evitar las lesiones en estas partes del cuerpo.

Más prevención

Desde ASEPAL señalan la importancia de iniciar un cambio de mentalidad de las instituciones, del empresario y del trabajador con respecto al nivel de exigencia en prevención y seguridad laboral.

De cara a este desafío, cabe reseñar que estos equipos precisan de unas determinadas condiciones para su uso: que resulten adecuados para las circunstancias del lugar y el trabajador, adaptables a las condiciones anatómicas, fisiológicas y de salud del profesional, que cuenten con parámetros mínimos en cuanto a peso y volumen, que resulten compatibles entre sí en el caso de empleo de varios EPI, y que se encuentren normalizados en cuanto a la legislación vigente relativa a su diseño y fabricación.

ASEPAL recuerda que, a pesar de todo, en los últimos años España ha experimentado un amplio desarrollo de la cultura preventiva y esta es la principal labor que se debe realizar en estos momentos. «El objetivo principal debe ser la reducción total de los accidentes y para ello se necesita la implicación de todos: autoridades, empresarios, técnicos en prevención y trabajadores», afirma Luis Gil.

En definitiva, los datos analizados confirman la importancia de dos factores clave: la seguridad gracias a la correcta selección del EPI que haya que emplear y la prevención para que cada trabajador esté bien formado e informado de los riesgos de su puesto y sus funciones.

Fuente: asepal.es

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