La cantidad de trabajadores a turnos aumenta un 3 por ciento al año en el primer mundo y afecta a un 20 por ciento de los trabajadores, dentro de la tendencia general a vivir en una sociedad que está activa veinticuatro horas al día y siete días a la semana.
Las perturbaciones más frecuentes se dan en el sueño, la zona gastrointestinal y la estructura músculo-esquelética, que requerirán mayor vigilancia y seguimiento médico, al tiempo que las patologías que presentan los trabajadores a turnos se ven más acentuadas en el sexo femenino, debido a la sobrecarga social y familiar que soportan las mujeres.
Factores como la duración de la jornada laboral, que se extiende una hora más por semana en el caso de los trabajadores a turnos, y la disparidad de horarios respecto al resto de los integrantes del círculo familiar y social influyen en las posibilidades de armonizar el trabajo con la vida social y familiar.
El descuido en los hábitos es la principal vía por la que se ve alterada la alimentación.
Es importante para los trabajadores de contar con mayor información sobre cómo afrontar jornadas de trabajo a turnos y en horario nocturno, que pueden desatar el llamado Síndrome de “Desadaptación” al Trabajo a Turnos agudo o crónico, dependiendo del tiempo de evolución del trastorno y de las alteraciones que se produzcan en el individuo.
Respecto al sueño, hay que mantenerlo al menos un periodo de entre cinco y seis horas para que cumpla su función reparadora del organismo, elegir una habitación oscura y sin ruidos , establecer rutinas antes de dormir, evitar las bebidas estimulantes, el tabaco o el alcohol y no realizar un ejercicio físico vigoroso antes de acostarse. También se recomienda realizar cuatro comidas al día, un desayuno fuerte cuando se trabaja en turno de mañana, una comida a base de hidratos de carbono complejos cuando se trabaja por la tarde y una comida ligera cuando se trabaja de noche.