Las estimaciones más recientes de la OIT, revelan que en el mundo hay 218 millones de niños que trabajan, 126 millones de los cuales realizan tareas peligrosas. La cifra es alarmante. Sin embargo, entre 2000 y 2004, el trabajo infantil se redujo en un 11 por ciento y el número de chicos que realizan tareas de riesgo descendió un 26 por ciento.
En su informe anual, la Organización Internacional del Trabajo lamentó que, a pesar de que está disminuyendo el trabajo infantil, la crisis puede frenar estos avances. Especialmente entre las niñas que resultan siempre más perjudicadas que los niños. Las nenas constituyen el grueso de los menores que se dedican al trabajo doméstico tanto en su hogar como fuera, y a la agricultura.
“Entre los 5 y los 11 años, hay más nenas trabajadoras. Sobre todo en trabajos peligrosos y en prostitución”, dijo Frank Hagemann, jefe de investigación de la OIT, al presentar el informe “Demos una oportunidad a las niñas”. Unos 53 millones de niñas realizaban “trabajos peligrosos” ya en 2006. Y de ellas, 20 millones eran menores de 12 años.
Más del 70 por ciento del total de niños que trabajan lo hacen en la agricultura. Desde criar ganado, recoger cosechas o sostener banderas para guiar a las avionetas de fumigación. La OIT señala que más de 132 millones de niños y niñas, de 5 a 14 años de edad, ayudan a producir gran parte de los alimentos y bebidas que consumimos.
En el caso de las nenas, el 61 por ciento de las que son económicamente activas, de 5 a 14 años, trabajan en la agricultura. “Este es uno de los tres sectores más peligrosos, en términos de muertes, accidentes, enfermedades y dolencias de origen profesional”, establece el documento.
Una de las consecuencias del trabajo infantil es el abandono de la escolarización. Con frecuencia las niñas son las primeras retiradas, cuando las familias deben elegir entre enviar a un hijo o a una hija a la escuela.
Fuente: Clarin.com.ar
