El escorbuto

Muchos médicos navales habían publicado diversos métodos sobre como curarlo, se aconsejaron métodos distintos, tales como tomar agua de mar, comer hortalizas, tomar vinagre o sidra en ayunas, etc. pero era tal la confusión que existía que no había un remedio específico que diera con la tecla.
Fue James Lind, médico escocés, nacido el 4 de octubre de 1716, quien pondría claridad en esta enfermedad profesional de los marineros de su época. En una publicación médica comentaba lo siguiente:

“A bordo del Salsbury en alta mar, tome doce pacientes afectados de escorbuto, con cuadros clínicos tan parecidos como pude encontrar…”
“Los doce permanecieron en el mismo lugar de la bodega. A dos se les ordenó un cuarto de galón de sidra por día…”
“Otros dos se les instituyó un tratamiento con agua de mar…”
“Otros dos ingerían elixir de vitriolo tres veces por día…”
“Otros dos recibían semillas de ajo y otros dos ingerían nuez moscada…”
“A los dos restantes se les daba dos naranjas y un limón por día…”
“El resultado fue que los efectos beneficiosos más rápidos y manifiestos se observaron en los dos individuos que recibían las frutas cítricas, que pronto estuvieron bien y ayudaron a sus compañeros. Ambos pacientes curaron a los seis días, los demás no tuvieron alteraciones dignas de mención”.

Este clásico experimento fue publicado en 1753, por James Lind, en un libro que se tubo que reeditar tres veces. Posteriormente recibió la calificación de Padre de la Higiene Naval de Inglaterra. Los efectos beneficiosos de sus trabajos lo sobrevivieron e indirectamente ejerció una poderosa influencia en la Prevención de los Riesgos del Trabajo de su época.