Así lo reveló un estudio reciente sobre “Estrés Laboral”, realizado por Grupo Rhuo en alianza con la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), en Buenos Aires. En relación a esta problemática, el 58% de los encuestados afirmó haber sufrido algún trastorno asociado al estrés.
Los más mencionados fueron pánico, angustia y ansiedad (29,8%) y trastornos gastrointestinales (27,3%).
En cuanto a las causas, el 26,6% de los encuestados coincidió en que el bajo salario en relación con la responsabilidad del puesto es lo que más estrés genera, seguido de cerca por la falta de coherencia entre lo que las organizaciones dicen y hacen (24,2%).
Por otra parte, el 67,4% afirmó que la situación económica del país le genera mucho estrés.
En otra línea, el sondeo indicó que la actividad más elegida para combatir el estrés es compartir momentos con amigos o familia (40,5%), seguida por alguna actividad física (29,5%) y en el último puesto la búsqueda de ayuda de un profesional (7,6%).
Otro de los aspectos consultados se refirió a la respuesta de la empresa frente a un empleado que atraviesa alguna enfermedad de estrés laboral.
El 61,6% respondió que no hizo nada, un 28,9% dijo que le dieron descanso o licencia, mientras que sólo un 9,4% admite que nunca lo comunicó.
En cuanto a programas o acciones llevados a cabo por la organización para mejorar la calidad de vida de sus empleados, el 50,1% respondió que su empresa no posee, mientras que el 39,7% aseguró que sí. Respecto a las acciones que deberían implementarse, el 30,4% opinó que las organizaciones deben incluir espacios lúdicos y recreativos, un 25,6%o se inclinó por actividades deportivas, mientras que el 24,8% dijo que prefiere tener información sobre el tema y su prevención. Para los trabajadores argentinos el bajo salario en relación a la responsabilidad es el factor más estresante: así lo expresaron el 27,2% de las mujeres y el 25,6% de los hombres.
En segundo lugar quedó la falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace con porcentajes apenas inferiores, con el 24,8% y 23,1%, respectivamente.
En el estudio se puede observar que la tendencia varía según los rangos etarios.
Mientras que el 35,6% de los jóvenes entre 18 y 25 años piensa que los bajos salarios son el principal problema y el 15,3% se inclina por la falta de coherencia, aquellos entre los 26 y los 35 años piensan que esta última es la situación más grave en un 23,1%, seguida por la baja remuneración en un 21,4%.
Los números cambian a la tendencia inicial nuevamente en el segmento medio de los 36 a los 46 años. En un análisis por cargo, para los directivos o gerentes y empleados con puestos iniciales el salario continúa en primer lugar (26,1% y 27,3%, respectivamente), situación que se revierte para los mandos medios que optaron por la falta de coherencia (27,6%).
Fuente: prevencionar.com
