25 de abril de 2024

728×90 Servicio Modelo de Medicina del Trabajo
728×90 Servicio Modelo de Medicina del Trabajo

Guerra fría en la oficina

Sucede cuando la contienda del aire acondicionado es todavía una guerra fría, sin enfrentamientos directos. Los calurosos aprovechan para bajar la temperatura cuando el friolero está distraído. O viceversa. Sucedía en el despacho de Clara Hernández.

Hasta que acabaron las sutilezas: “¿Quién ha bajado el aire?”, gritó una vez su compañera a la vuelta del servicio, harta de subirlo a hurtadillas cuando tenía ocasión. Más allá de las confusiones semánticas que propicia este tema “”¿si se baja el aire da más frío o menos?””, ahí estalló la verdadera pelea del aire acondicionado, que duró algo más de dos meses en su oficina y que llega cada junio, aproximadamente, a miles de centros de trabajo y hogares, medios de transporte, bares o cines donde no hay una temperatura ideal que ponga de acuerdo a todos.

¿Por qué es tan difícil encontrar un término medio? ¿Por qué en invierno, con la calefacción, se genera menos controversia? En teoría, la temperatura ideal para trabajar y, en general, para vivir confortablemente se sitúa entre los 22 y los 26 grados, tanto en verano como en invierno, esté en el exterior nevando o derritiéndose el asfalto.

Pero quien vaya a una oficina (o a un cine, un tren o un avión) cualquier día como hoy y vea a algunos (normalmente algunas) cubiertos como un tuareg y a otros apaciblemente en manga corta se da cuenta de que no es tan sencillo: o ese margen de diferencia es suficiente para amargar la vida a algunos o hay algo que no cuadra. Entre grado y grado hay, además, una considerable diferencia de gasto energético (entre el 4% y el 6%), con lo que el debate va más allá de la comodidad y la salud, llega también a la sostenibilidad y la economía.

No hay una sola respuesta a estas preguntas. Son varios los factores que originan la diferencia de aclimatación. Para empezar, una mala distribución del aire. Es frecuente que haya corrientes y lugares mejor acondicionados que otros dentro de un mismo recinto, algo que sucede más a menudo cuantos más años lleva instalada la tecnología. El ingeniero Javier Moreno, de la empresa malagueña Telfra, explica que estas situaciones se deben a un mal diseño: “Se debe realizar un trabajo previo antes de la instalación, algo en lo que no se detienen muchos profesionales. Hay que estudiar el uso de la zona a climatizar y, lo que es más importante, los focos de calor: equipos, personas y radiación solar. Las empresas fabricantes han invertido cada vez más en investigación y desarrollo. Actualmente, hay en el mercado gran cantidad de productos muy bien testados y con medios informáticos suficientes para simular los alcances, velocidades de aire y espectro de difusión en el fluido principal, que es el volumen de aire de la habitación”.

Si la temperatura es homogénea en todo el recinto y no hay chorros de aire que afecten más a unas personas que a otras, el sexo es un condicionante crucial. El catedrático de fisiología Francisco Mora ha contado en varios artículos el fenómeno. En resumen, argumenta que en realidad la mujer es mucho más resistente que el hombre tanto al frío como al calor. Pero sucede que cuando bajan las temperaturas lo acusan más ellas, ya que tienen unos mecanismos más eficientes para cerrar los vasos sanguíneos. Esto les sirve para conservar el calor internamente lo que, aunque suene paradójico, les hace sentir más frío.

La razón es que la sangre se queda manteniendo la temperatura en el interior y no llega de la misma forma a la piel. Según Mora, el hombre siente menos frío pero en realidad en su cuerpo está bajando más la temperatura. En definitiva, aunque pueda parecer que en este aspecto el sexo masculino es más fuerte porque aguanta mejor el frío, ocurre todo lo contrario: en realidad soporta mucho peor las temperaturas bajas; aunque no las sienta, le afectan más. El catedrático busca la explicación en la evolución y el papel que la mujer ha tenido tradicionalmente en la protección de la prole.

Fuente: El pais

Notas relacionadas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *