20 de abril de 2024

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10. Gestión del estrés: Capitan de nuestro propio Titanic

 

-Hola”¦ Estoy aprendiendo a “gritar” cuando estoy solo, camino con “actitud mental positiva” como el hombre urbano, aprendí que es mi “propia reacción” lo importante, ante cualquier evento estresante, pero realmente no entiendo ¿qué tiene que ver el Titanic con el estrés?

-Está buena tu pregunta pero antes de responderla, recordemos que el estrés en realidad es una respuesta normal del organismo frente a situaciones de peligro”¦

-Me imagino como habrán estado estresados, esa pobre gente que viajaba en el Titanic, yo ví la película y”¦

-¡No!. No te quiero hablar de la película, es sólo un ejemplo que ya te diré después”¦ Lo que te quiero decir, que siempre el estrés nos prepara para luchar o huir”¦

 

-Si, eso ya me lo dijistes”¦

-Está bien, sólo quiero recordarte, que el estrés en condiciones apropiadas es bueno para nosotros, como por ejemplo si estamos en medio de un incendio, o un vehículo está a punto de atropellarnos. Los cambios provocados en nuestro cuerpo resultan muy convenientes, ya que nos prepara de manera instantánea para responder oportunamente y poner a salvo nuestras vidas. Muchas personas, en medio de situaciones de peligro, desarrollan una fuerza insospechada, saltan grandes obstáculos o realizan maniobras prodigiosas.

Por ejemplo, una pequeña señal de cansancio cuando estamos sentados, nos hace cambiar de posición inmediatamente, de la misma forma ocurre si nos quemamos inadvertidamente una mano, la sacamos rápidamente del lugar que nos quema y recién después tomamos conciencia de lo que pasa”¦

 

-¿Es como si el cuerpo nos mandara pequeños mensajes?.

-Claro, a eso quería llegar, es lo que a veces pasa con el estrés. Debemos estar siempre atentos a los mensajes que el cuerpo nos envía. Si no escuchamos cuando el cuerpo nos susurra alguna queja, luego empezará a hablarnos mas fuerte con ciertos dolores musculares típicos, mas tarde nos comenzará a gritar transmitiéndonos que algo anda mal como por ejemplo con el cansancio, dolor de cuello o espalda. Incluso también dolor intenso de cabeza, taquicardia a nivel del corazón o gastritis y úlceras a nivel intestinal.

Posteriormente seguirá el dolor y la enfermedad se agudizará por no haberle prestado atención. Es como si el cuerpo se fuera deslizando lentamente hacia la enfermedad que agudiza el estrés durante años de abuso e inconsciencia.

 

-Bueno, y ¿Qué tiene que ver esto con la gente del Titanic?

-Ahora vamos a esto que te tiene tan intrigado. Como vos viste esa taquillera e inolvidable película, recordarás la escena cuando le acercan al capitán, una nota donde le informan que hay “iceberg” en su ruta con el peligro inminente de lo que ello significaba. Recordarás también que el capitán la ignora y por el contrario ordena seguir a toda marcha.

Se puede decir que esa escena sólo existió en la mente de quien realizó la película y no en el verdadero capitán, pero eso es materia opinable. De todos modos el resultado fue el mismo, el Titanic se hundió. Y el Titanic, podría haberse salvado, si su capitán y su tripulación no hubieran sido tan orgullosos, si hubieran sabido vigilar y prever, si hubieran llevado la cantidad necesaria de botes salvavidas, si hubieran tenido en cuenta que la meta perseguida es mas importante que la velocidad con que se viajaba. Si no hubiera imperado lo económico sobre la prevención, si hubieran escuchado el mensaje”¦

 

-¡¿Y, que tiene que ver esa escena con el estrés?!

-Mucho. En este momento, todos estamos recibiendo mensajes de nuestro cuerpo que nos hablan bien a las claras, de cómo estamos con relación al estrés. Estamos todos inmersos en esa escena de la película. Por eso digo que cada uno de nosotros somos el capitán de nuestro propio Titanic, de nosotros depende el rumbo que querramos darle a la prevención del estrés en el ámbito de “nuestro propio barco”.

¿Podremos mañana bajar ese nivel de estrés que tanto daño nos hace?

¿Tomaremos en cuenta esa nota o mensaje que nos dice la realidad y aplicaremos las correcciones de rumbo correctas o simplemente dejaremos seguir el barco para después quejarnos de lo que no realizamos a tiempo, pero con el Titanic ya hundido.

Adelante, tomemos nuestra propia decisión, y vos toma la tuya, pero siempre recordá que podes ver lo anterior o seguir leyendo, lo que mas te guste.

………………….

Estas “charlas” cotidianas sobre el estrés, se realizan todas teniendo en cuenta el libro “EL ABC DEL ESTRÁ‰S LABORAL”, del Dr. Hugo Francisco Rostagno.

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